El Lienzo [Taekook]

19. El lienzo

Marzo de 1610, Namur,Bélgica.

Durante la madrugada, la fiebre de Taehyung se mantuvo implacable, envolviéndolo en una tormenta de calor y malestar. Jungkook, preocupado por la salud del Omega, se había dispuesto a esperar pacientemente a que el sol se alzara en el horizonte, iluminando el camino hacia la búsqueda de ayuda médica.

Aunque en el año 1610 no existían médicos modernos como los conocemos hoy en día, Jungkook recordó a alguien en el pueblo que se dedicaba a curar enfermedades y dolencias. Aunque no era un médico en el sentido tradicional, era considerado un sanador, alguien con conocimientos y habilidades para aliviar el sufrimiento de las personas.

Mientras Taehyung yacía en la cama, su cuerpo ardiendo con la fiebre, Jungkook se mantuvo a su lado, sosteniendo su mano con ternura y susurrándole palabras de aliento.

—cuando mejores... te llevaré a un campo de tulipanes...— hablaba dulcemente aunque el Omega no le respondia.

La esperanza se aferraba a su corazón, impulsándolo a buscar cualquier ayuda posible para aliviar el tormento que Taehyung estaba experimentando.

Con cada minuto que pasaba, la oscuridad de la noche parecía eterna, pero Jungkook sabía que debía tener paciencia y esperar el amanecer. Observó el rostro pálido y sudoroso de Taehyung, su respiración agitada y su mirada vidriosa. Cada segundo que pasaba sin obtener ayuda médica era una prueba de que el destino se avecinaba.

Finalmente, los primeros rayos de sol comenzaron a filtrarse a través de las cortinas, iluminando la habitación con una tenue luz. Jungkook, con determinación en sus ojos, se levantó de la cama y se preparó para salir en busca del sanador del pueblo. Sabía que era su mejor esperanza para encontrar alivio para Taehyung.

Antes de partir, Jungkook se inclinó sobre la cama y besó suavemente la frente de Taehyung, prometiéndole que regresaría con ayuda.

—ire por ayuda médica¿Si? Volveré rápido.—  La angustia se mezclaba con la esperanza en su corazón, mientras se adentraba en el nuevo día, decidido a encontrar una solución para el sufrimiento de su amado Omega.
Taehyung por su parte no lo escuchó, estaba dormido intentando que el dolor pase.

El alfa con el corazón lleno de determinación y la angustia apretándole el pecho, se apresuró a tomar su caballo. Con movimientos rápidos y precisos, se aseguró de que todo estuviera listo para su viaje en busca del sanador del pueblo vecino.

Montó en su caballo con destreza, sintiendo la tensión en sus músculos mientras se preparaba para la carrera. Sabía que cada segundo era valioso y que debía llegar lo más rápido posible al pueblo vecino para encontrar la ayuda que su omega necesitaba desesperadamente.

Con un fuerte golpe de espuelas, Jungkook instó a su caballo a moverse con rapidez. El animal respondió de inmediato, galopando con una fuerza y velocidad impresionantes. El viento soplaba en su rostro mientras avanzaban a toda velocidad, dejando atrás el paisaje que se desvanecía rápidamente.

—Debo volver pronto, le prometí volver — susurraba para si mismo para alentarse, Jungkook tenía la esperanza de salvar a Taehyung o al menos permanecer a su lado.

Sin embargo, a mitad de camino, una familia de clase alta se interpuso con sus caballos en su camino de manera inesperada. El tiempo se detuvo por un instante mientras los animales chocaron violentamente, generando un accidente que hizo que Jungkook y su montura fueran arrojados al suelo con fuerza.
El impacto fue tan fuerte que el alfa sintió cómo sus huesos se tambaleaban y su cabeza golpeó violentamente el suelo. El dolor se apoderó por completo de su cuerpo, pero se negó a rendirse. A pesar de tener heridas abiertas y sangrantes, intentó levantarse sin lograrlo.
La escena que se desplegaba se volvía cada vez más impactante y horripilante. Los relinchos desgarradores de los caballos desesperados se entrelazaban con los aterradores sonidos de sus cascos retumbando en el suelo.
En medio de aquel frenesí de angustia, un instante fatídico ocurrió cuando uno de los imponentes corceles, de manera abrupta y sin contemplaciones, aplastó con su descomunal fuerza el frágil cuerpo de Jungkook.