El Lienzo [Taekook]

15. El amor como un espectro

Luego del celo de Taehyung que duró aproximadamente una semana,Jungkook había dejado de tomar duchas en el lago con la intención de regresar. Se había olvidado completamente de su vida en el futuro después de pasar tanto tiempo en otra línea de tiempo.
Al viajar al pasado su ser se adaptó a las condiciones y eventos de esa línea temporal específica. Al permanecer a una línea de tiempo durante un período prolongado, sus recuerdos y conexiones con la línea de tiempo original se volvieron incompatibles con la de su realidad.

Suponía que la historia de Taehyung era real. Después del incidente en el lago, había perdido la memoria y, por lo tanto, no recordaba a su familia.
A pesar de todo, esta situación le generaba una profunda sensación de vacío. No recordar nada de su vida antes de conocer a Taehyung era como si hubiera perdido una parte importante de sí mismo. Al no saber de su familia, sus amigos y todos los momentos felices que había vivido antes de viajar en el tiempo, le producía una gran tristeza. Se sentía como si estuviera desconectado de su propia historia, como si hubiera perdido su identidad. Era una sensación abrumadora que lo atormentaba constantemente.

El Omega se asomó por la puerta y observó a Jungkook acostado, sin ánimos de levantarse ni siquiera para comer. Era evidente que una gran tristeza lo invadía por completo. La angustia se reflejaba en sus ojos y en su rostro abatido.

Con voz preocupada, el Omega rompió el silencio y le preguntó:

—¿Aún persiste triste?— Su mirada llena de compasión buscaba encontrar alguna forma de aliviar el dolor que Jungkook estaba experimentando.

Jungkook, sin embargo, no quería que nadie presenciara su vulnerabilidad en ese momento. Con voz entrecortada, pidió con suavidad:

—Déjame solo, por favor.—Giró su cuerpo para darle la espalda al Omega, ocultando así las lágrimas que rodaban por sus mejillas.

En ese momento, Jungkook deseaba estar solo con sus pensamientos y emociones. Necesitaba procesar la tristeza que lo embargaba y encontrar una manera de sanar su corazón roto. El Omega, respetando su deseo, se retiró en silencio, dejando a Jungkook sumido en su dolor y en la búsqueda de su propia paz interior.

Taehyung contempló con admiración los lienzos que había creado. Desde la llegada de Jungkook, su arte había encontrado un nuevo aliento, y las tardes se desvanecían en pinceladas que capturaban la esencia de su compañero y los momentos compartidos juntos. Cada trazo era una expresión de su conexión profunda y apasionada.

Taehyung se había aventurado en el terreno de lo erótico, plasmando con audacia el ardoroso encuentro que habían compartido durante el celo, dejando ver de forma explícita sus noches calurosas. Estas pinturas, sin embargo, eran un tesoro íntimo, un reflejo de su complicidad y pasión desbordante reservado exclusivamente para ellos dos.

Eran obras de arte que no verían la luz del público, pues su naturaleza trascendía lo convencional y se adentraba en un territorio privado y sagrado. Cada trazo, cada matiz, era un testimonio de su amor y deseo inquebrantable, un legado visual que solo ellos dos podían apreciar en toda su plenitud.

— Quizás una exquisita tarta frutal de la maestría culinaria de mi madre le brinde consuelo.—En busca de una manera dulce y especial de sorprender a su compañero, recordó una receta especial de tarta de granada que su madre le había dejado.
Aunque su madre había fallecido cuando él nació, las historias y recuerdos transmitidos por Jin y su madre le pintaban un retrato vívido y hermoso de ella. Era descrita como una Omega preciosa, con una delicadeza que emanaba de cada uno de sus gestos y un corazón puro. Pero no solo su belleza exterior e interior destacaba, sino también sus habilidades culinarias que la convertían en una excelente cocinera.