El Lienzo [Taekook]

4. La danza de las particulas

Enero de 1610 en Namur, Bélgica

Jungkook había tomado la decisión de esperar pacientemente a que Namjoon y su equipo tomaran medidas para resolver su problema. Consciente de las posibles consecuencias de alterar el tiempo y el espacio, recordaba las lecciones aprendidas en las películas, donde cualquier cambio drástico podía desencadenar eventos impredecibles. Aunque anhelaba las comodidades y la tecnología moderna, encontraba una extraña paz en la compañía de Taehyung y deseaba que Namjoon y los demás se tomaran su tiempo para encontrar una solución adecuada.

-Hoy hay un festival en el pueblo- anunció Taehyung mientras terminaba de vestirse. Jungkook, quien no se había separado de su lado desde su llegada hace dos días, lo esperaba con impaciencia. Jin, por otro lado, parecía empeñado en dificultar su relación o alejar a Jungkook de su hogar.

-¿Un festival? ¿De qué se trata?- preguntó Jungkook, suspirando internamente al ver lo bien que Taehyung lucía con un saco rojo que resaltaba su piel pálida. Su presencia era cautivadora, y Jungkook no podía evitar sentirse atraído por él, era un alfa con uno de los Omegas más hermosos que alguna vez pudo existir.

-Es la Fiesta de la Granada.- explicó Taehyung mientras se dirigía a la cocina en busca de un recipiente con agua y hierbas que Jin había preparado por la mañana. La emoción brillaba en sus ojos mientras hablaba de la tradición de su pueblo.-Es un evento en el que celebramos la abundante cosecha de granadas. Todos nos reunimos vestidos con tonos granates, y las personas adineradas lucen joyas inspiradas en esta fruta. Además, los artistas exponen sus pinturas en honor a la cosecha-

Mientras Taehyung explicaba, se dedicaba a aplicar el líquido del recipiente en su cuello y otras zonas puntuales de su cuerpo con un trapo mojado. El aroma dulce y pegajoso de las hierbas llenaba el aire, cautivando los sentidos de Jungkook. Sin embargo, notó cómo el aroma natural de Taehyung comenzaba a transformarse en uno más agrio y amargo, lo cual despertó su curiosidad.

-Increíble.-murmuró Jungkook, fascinado por las tradiciones y la cultura del pueblo. Pero lo que más le intrigaba era la forma en que Taehyung, con sus habilidades naturales y la medicina natural, lograba controlar su aroma para simular ser un alfa. Era una maravilla de la naturaleza que lo atraía aún más.

Taehyung buscó su lienzo, el cual había estado pintando durante semanas en preparación para este día especial. Lo guardó con cuidado en su bolsa, listo para ser exhibido en la fiesta.

-¿Sabe montar?- preguntó Taehyung mientras salían de su hogar. La pregunta tomó a Jungkook por sorpresa, y sus ojos se abrieron de par en par al escucharla.

-¿Disculpa?- respondió Jungkook, su voz sonando ligeramente ofendida. Después de todo, él era un alfa, no montaba.

-Me refiero a montar a caballo.- aclaró Taehyung, sacando a su mula, un hermoso animal de cabello rubio y bien cuidado. -Ven, belleza, te pondré un listón- habló Taehyung al animal, pero Jungkook parecía sentir que esas palabras iban dirigidas a él.

-No le habla a usted, sino a su mula, caballero.-intervino Jin, con aquel mal humor palpable que aparecía cada que Jungkook estaba cerca.

Jungkook observó cómo Taehyung colocaba un listón en forma de moño en el cuello del animal y luego le daba un beso en la nariz. Era un gesto tierno y encantador que no podía evitar encontrar adorable.

-Pongase esto, lo que menos deseo es que por culpa de su imprudencia seamos el centro de atención de la muchedumbre.- dijo Jin, ofreciéndole a Jungkook una capa color vino aterciopelada para cubrir su cuerpo y pasar desapercibido en el festival. Aunque Jin no siempre era amigable con él, esta vez parecía querer ayudarlo.