C A P I T U L O 2 0

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El día avanza y los besos de Vladimir no se acaban. Cada beso me es tierno y seductor. Los besos que descienden y vuelven a subir a mi boca, son lentos que erizan mi piel, su aroma se impregna en mi cuerpo, sus caricias me ponen nerviosa queriendo más de él y estoy seguro de que él quiere más de mi.

El atardecer llega juntamente con el aire fresco de Bernott cuyo lugar donde nací. Vladimir quería darme este primer regalo de bodas (aún no sé cual sea el segundo regalo de bodas), ahora, este es el lugar donde entregué mi cuerpo al hombre que amo. A mi esposo. A mi marido.

Bernott es el reino donde se encuentra Francia (o es de Francia). Los meses: Junio, Octubre y Diciembre, son los meses donde la nieve cae y reposa dejando su frío pero no estamos en Junio, hay posibilidad de que vaya a nevar pero también esta el lado negativo.

La casa en la que nos quedamos es preciosa, pintada de blanco dando un toque elegante al igual que el negro. De dos pisos y una cocina enorme, el comedor tiene un  ventanal desde el piso am techo dejando ver un paisaje maravilloso y es donde me encuentro ahora con Vladimir comiendo con sonrisas, besos y caricias.

—Gracias al aceptar casarte conmigo -comenta Vladimir.

—Eres el hombre con quien siempre soñé.

Vladimir sonríe acariciendo el dorso de mi mano.

—¿Quieres salir cuando terminemos de comer?

—No, prefiero qquedarme aquí, el día de hoy me encuentro cansada.

—Como no -susurra con una sonrisa pícara.

—¡Oye! Hay guardias presentes.

—Bueno..., ellos saben que luego de la boda se tiene sex...

—¡Cállate! -grito golpeando su antebrazo-. No lo digas.

—¡Auch! -se queja sobando su antebrazo-. Está bien, no lo diré. -sonríe.

—Mejor sigue comiendo.

—Mejor dime ¿qué te pareció la boda?

Sonrío encantada por mi esposo quien me mira mientras mastica la comida

—Lo disfruté  ucho, en verdad. Fue como un sueño que se cumplió.

—Me alegra que así fue hecha...

—Lo gozé, me casé contigo, digo, ¿qué más puedo pedir? Solo tu amor, tu paciencia e hijos.

Lo último me hace reir.

—¿Cuántos hijos quieres tener?

—En realidad tres. ¿Tú?

—Cuatro...

—¿Por qué tantos?

—Porque sería lindo tener tres varones y una niña.

—Yo espero a que salga tres dos niñas y un varón...

—Ay no, que fea combinación.

—Feo mi hermano pero yo así lo deseo.

—Bueno, espero que Dios decida.

—Me parece perfecto, que salga lo que tenga que salir pero con tal de amar.

—Me gusta tu idea.

—Lo sé -sonríe tomando del vaso y su sonrisa se esconde en ella.

...

La noche reinay yo estoy rodeada por los brazos de mi esposo, estar aquí por cuatro semanas se me hace me hace emocionante.

Un Corazón Distinto   | Isis GarcíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora