C A P I T U L O 1 2

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Reproduzcanlo en el minuto quince diez.



—Espero que tengan un buen viaje -comenta el "don rey".

—Gracias por su hospitalidad y por todo lo que a puesto a nuestra disposición, alteza.

—La próxima vez será mejor -sonríe.

—Y mi reino lo esperará con los brazos abiertos.

—Muchas gracias.

Estoy segura en que está pensando la hora en que se vayan o se vaya el rey, porque Vladimir se quedará a seguir haciendo unos trámites de esas mismas actas las cuales no he tenido el tiempo ni la oportunidad de ver que es.

Tienes la oportunidad en tus propias manos

Si hablas de Vladimir, no lo utilizaré. He hecho un trato con él y no lo arruinaré.

Como si le importaras.

Deja de meter cizaña.

Es lo que hacemos...

Tú, yo no.

¡Ja! Si, claro.

Ya cállate.

...

Eso.

Ahí viene Vladimir con  esa sonrisa tan atractiva...

Shh...

¿Cuál, shh? Quiero ver la cara del rey cuando sepa que te irás con ese niño guapo.

¡Basta! Pareces una abuela.

—Señorita Petit

Mi mirada se dirige al rey ruso que está cerca del auto.

—Fue un gusto hablar por momentos con usted. Espero verla pronto -guiña su ojo tras cerrar la puerta y el auto avanzar.

Llevo mis manos a la espalda pues tras esas palabras tiene un significado y estoy segura que ya sabe lo que a pasado entre su hermano y yo. Siento la vergüenza y la pena que avanza por mi sistema hasta que mi mirada se conecta con la del "don rey" quien tiene el ceño fruncido y al igual que yo, sus manos atrás de su espalda.

—¿Por qué le guiñó el ojo?

—¿Acaso no puede?

—Lo que a dicho guarda algo. Esas palabras cubren algo... -me mira entre cerrando sus ojos-. ¿Qué es?

Dios mío

No te pongas nerviosa, sientete natural aunque estes sufriendo un colapso por dentro. Dile que nada.

—Nada majestad. ¿No se a dado cuenta que el rey es algo coqueto?

No deja de mirarme, creo que no me cree.

—Si lo noté pero no con usted. Lo dejaré pasar... -se acerca a mi con pasos lentos-. Pero si me entero de algo le juro que haré un infierno a su alrededor

—¿Por qué esa agresividad?

—Porque no me gusta que me mientan ni me tomen por tonto -responde poniendo su rostro muy cerca del mio.

—Alteza... -habla Vladimir tomando la atención del rey que con una pizca de molestia lo observa alejandose de mi.

—¿Qué?

—Si le tiene que decir algo -me mira-. Bueno los dos.

¡No, no, no! ¡No me siento segura para decirselo, pensé que me escaparía con él u otra forma pero jamás pensé en decirle!

Un Corazón Distinto   | Isis GarcíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora