C A P I T U L O 1 0

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Recorro por los pasillos del palacio para luego voltear en otro pasillo y seguir recorriendo. Me detengo hasta toparme con una puerta pues esta mañana me he tomado el tiempo de recorrer el palacio ya que desde mi llegada no lo hice hasta hoy.
Camino lentamente a la puerta tomando su manija y abrirla. La oscuridad gobierna en esta habitación que puedo observar ya una vez a dentro cerrando la puerta despacio sin hacer algún ruido que ponga alerta a los guardias. Camino por el cuarto lleno de polvo pero el olor de un perfume de hombre me distrae, trato de unir algunas piezas o lazos para encontrar el perfume de algún varón pero nada.

Me acerco a un mueble cubierto de polvo que al tocarlo mis dedos se manchan, no tomando en cuenta esto, abro una caja que contiene ropa luego otra caja que contiene libros, plumas de pavo real, de aves. Volteo analizando la habitación pensando en quien dormía aquí que ya no pisaba este lugar desde meses porque los muebles no se ven desgastados solo polvorientos.

La picazón que siento en la mano comienza a torturarme llevandome la mano a la boca y morder para "aplacar" el comezón. Comienzo a lastimarme e irritar mi mano. Salgo de la habitación pues solo se me quita lavando las manos y echarme algo de alcohol y matar la tortura.
Llevando a cabo todo esto escucho risas varoniles y roncas, a pesar de que sean las cinco de la tarde ya se ve oscuro afuera entendiendo que el rey y los huéspedes irán a alguna taberna dándome espacio y tiempo para ver más de aquel cuarto sucio.

Salgo del baño de mi habitación asomandome en la puerta ya que las voces se escuchan en este pasillo y efectivamente. El rey Yaroslov me da la espalda juntamente con su hermano -principe- Vladimir, quien solo le puedo ver la cara es al "don rey" que a capturado mi mirada dandome un asentamiento con su cabeza procurando que no se caiga su corona acompañada con piedras preciosas como el zafiro azul y el diamante haciendo una compañía muy hermosa y no escandalosa. El asentamiento que me dio el rey llamo la atención del otro rey y del principe volteando a mi dirección donde mi mirada se encuentra con los ojos azules cielos e intensos. 

El principe se acerca a mi despacio pero seguro en si mismo donde su mirada es más que azul llegando al verde, combinados entre sí mismos. Se planta delante de mi mientras yo sigo congelada ante la situación, el principe hace una reverencia doblando su tronco o sea que fue muy pronunciada.

—Pido disculpas por el día de antier por la manera en que la tomé sin su concentimiento. El alcohol hizo que mi conciencia, la última por cierto, se durmiera -aquel comentario me hizo sonreír ya que su acento es muy marcado cuando habla-. Espero y que acepte mis disculpas...

—Paulette

—Oh... ¿Parles-tu français? 

—Oui -contesto sonriendo.

—¿Comment est-il arrivé ici?

—Pues... C'était quand la frontière était libre, enfin, quand c'était de la négligence...

—Su frances original es hermoso madame...

—No me digas señora, ni cumplo la edad necesaria para ser adulta joven. -suelto una risa amargada.

—¿Cómo? -ahora el rey Yaroslav es quien pregunta con el ceño fruncido.

—¿Qué? -frunzo el ceño ante las reacciones de los hermanos.

El principe mira a su hermano dando un asentamiento.

—¿Êtes-vous kidnappé?

¡Dios, no!

—¡Por supuesto que no! Solo, solo estoy aqui

No quería poner en duda el nombre del "don rey" que nos mira con el ceño fruncido cruzado de brazos una vez que está cerca de nosotros soltando el aire.

Un Corazón Distinto   | Isis GarcíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora