Deseo que nunca duermas con la incertidumbre si aun sigues siendo suficiente para tu pareja. Deseo que nunca tengas esa necesidad de comprobar su fidelidad.
Deseo que tus ojos jamás se llenen de lagrimas al descubrir otra infidelidad
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Culiacán, Sinaloa
Años atrás.
Arianna Fernández Gómez
— ¡No mames, Arianna! — Gritó Sofia emocionada — ¡Estuviste con el guapo de Iván Archivaldo!.
— Shhh, baja la voz, Sofi — Mire a mi alrededor, tenían las miradas de todos sus compañeros sobre nosotras.
— Perdón, me emocione de más — Dijo inocente — Es que, ¿Quién no se enamoraría al tener a semejante bombón enfrente de ella? — Rodé los ojos.
¿Cómo podían ponerlo en un pedestal?
— Pues ni esta tan guapo la verdad — Dije sin importancia.
— Eso lo dices tú porque convives seguido con ellos.
— Y ni es la gran cosa — Dije sin importancia — Es un plebe normal como todos. Nada de interesante.
— ¿Normal? Que cosas dices — Dijo con emoción — Es hijo del chapo, no tiene nada de normal eso — Dijo en voz baja.
— Ya amiga, ya — Rodeé los ojos.
— ¿Y tú mamá que dice? — Se acercó aún más a mí.
— Pues lo mismo de siempre. No le gusta que me rodeé de esas personas.
— ¿Y qué dijo cuando lo vio?.
— Ay amiga — Suspiré — Se molestó cuando lo vio en la casa. Tú sabes que no soporta a esas personas.
— No entiendo porque Antonina se comporta de esa manera — Elevó sus hombros.
Mi mamá jamás soportaba que le mencionarán a los Guzmán ni mucho menos que estuviera cerca de ellos. Nunca había entendido el porqué y cada vez que le preguntaba terminábamos en una discusión.
— No tengo idea, amiga.
— ¿Y si algo esconde tu mamá? — Alzó una ceja.
— No creo — Negué — ¿O si?
— Pues siempre me haz dicho que es muy misteriosa y casi nunca te cuenta de cuando era joven — Asentí — ¿Nunca haz intentado indagar?
— No, mi mamá se molestaría si sabe que estoy investigando.
— ¡Ahí está! — Tronó los dedos — Por algo no quiere que investigues. ¿A tu papá no le haz preguntado?
— Mi papá la conoció hace dos años atrás. Él tampoco sabe mucho de su juventud.
— Deberías investigarlo, amiga — Asentí. Sofia había incrementado esa duda que por un tiempo deje aún lado para evitar problemas con mis papás — El esposo de mi tía es investigador privado, podemos ir a verlo saliendo de clases.
