Trece; La confianza se pierde en segundos

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Tiempo actual | Culiacán, Sinaloa

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Tres días después

Arianna Fernández

Iván tenía tres dias sin llegar a dormir a la casa. Los miedos de que estuviera en la cárcel o secuestrado me invadían por completo. Y odiaba que desapareciera como sin nada, que no diera señal de vida.

A todas horas llamaba a su celular, pero se encontraba apagado. Su familia tampoco me daba respuestas de nada, lo único que me decían es que sabían lo mismo que yo. Ovidio y Alfredo se encontraba buscándolo por toda la ciudad, pero al parecer se lo había tragado la tierra porque no lo encontraban por ningún lado.

Mi celular sonó en repetidas ocasiones, corrí a tomarlo para revisar si era él. Tontamente aún creía que él se acordaba de mí.

Mi sonrisa se borró cuando vi que no se tratab de él, sino de alguien que no conocía y para acabarla, misterioso. Abrí los mensajes al ver que se trataba de una cuenta que no contaba con seguidores ni fotografías. La curiosidad me carcomía.

honeycom6

Para que veas dónde anda tu noviecito🤭. Deberías cuidarlo más o atenderlo mejor.

El mensaje iba acompañado de dos fotografías, donde no se les apreciaba tanto la cara, pero conocía tan bien a Iván que no dudaba que fuera él.

Mis lagrimas comenzaron a hacerse presentes. Salí de la aplicación y llame a Iván. Quería confirmar lo que estaba viendo. ¿A quién quería engañar? Era más que obvio que era real.

— ¿Qué quieres Arianna?.

Para mi desgracia, era verdad.

— ¿Por qué contestas el teléfono de mi novio?.

— ¿Acaso no es obvio? — Dijo riendo — ¿No te quedo claro el mensaje que te llegó?. Ay lo olvidaba, eres tan estupida que ni eso sabes entender.

— Fuiste tú — Solté un suspiro lleno de cansancio. Este tema me tenia tan fastidiada.

No le satisfacía con ser la otra, sino que quería seguirme molestando la existencia. Pinché vieja.

— Eso es para que te des cuenta que nunca podrás quitarme del camino. Por más que le metas ideas a la cabeza sobre mi, llores o lo manipules, el siempre va a seguir conmigo. Siempre serás mi sombra, puta.

— ¿Puta? Te estás ofendiendo tú misma. Estoy tan cansada para escuchar tu horrible voz. Yo solo quiero hablar con Iván, pásamelo.

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