Culiacán, Sinaloa | Tiempo actual.
Dos semanas después.Arianna Fernández.
Rodee mis ojos con fastidio al ver quien se acercaba a mi con una sonrisa.
— ¿Qué Ariannita? ¿El pendejo de tu novio te dejo solita? — Suspire — El mio me da todo lo que quiero y en ningún momento estoy sola. En cambio de ti, no puedo decir lo mismo — Dijo mirando a mi alrededor — Tú novio no es nada junto al mío.
Rodee los ojos con fastidio.
— En primera, yo no necesito aclararte nada, y en segunda, me alegro por ti. Que bueno que por fin lograste tener lo que tanto deseabas, ahora te toca cuidarlo muy bien, para que no te deje. Si me permites, me tengo que ir. Tengo muchas cosas que hacer para perder mi tiempo con una mujer que no entiende razones — Tome mi bolso e iba a caminar cuando su mano me detuvo.
— No tú no te vas. ¿Y tú bastardito? Ni con eso lograste amarrar a Iván. Porque no creas que no me contaron que le quisiste encasquetar a tu bastardo, que muy probablemente fue de Vicente, pero ¿quien se va a hacer cargo de una mujer que se mete con todos? — Le solté una cachetada.
— ¡A mi hijo no lo insultes! La memoria de mi hijo la respetas y a mi también. Si muchas veces permití que me insultaras y mandaras chismes en farándulas, ahora no. ¡A mi hijo y a mi nos respetas, pendeja! ¡Escúchame bien! ¡Me vale madres que seas el nuevo juguete sexual de Iván. A ninguno de los dos les tengo miedo!.
— ¡A mi no me vas a pegar, puta! ¿Que creías? ¿Qué escasquetandole tu bastardo a mi novio me iba a dejar? ¿Quién asegura que ese pinché bastardo era de él?.
— Yo no necesitaba el apoyo de nadie para cuidar de mi hijo. Yo puedo sola, porque tú no sabes ni tantito de los chingazos que he tenido que soportar de la vida. Tú eres una pinché vieja fácil que solo le abre las piernas a cualquier pendejo, y sabes por qué? — Dije acercándome a ella — Por que lo que a ti te falta, a mi siempre me va a sobrar. Por qué esos aires de señora te durarán muy poco y no seré yo quien te los quite, sino tú mismo noviecito.
Suspire pesadamente.
— ¿Por qué sigues fregándome la existencia si ya tienes lo que querías? Si Iván te ama tanto como me presumes, deja de molestarme y de chingarme la existencia. Quédatelo.
— Te lo he dicho mil veces. Dejarte claro que tú nunca podrás hacerlo feliz como lo hago yo.
— ¡Pues felicidades! — Dije aplaudiendo — Ya tienes lo que tanto querías y anhelabas. Ahora enfócate en que no llegue otra y ocupé tu lugar.
Comencé a caminar ignorando completamente los gritos de esa mujer. Nunca se cansaría de molestar con lo mismo.
...
— ¿Esa mujer no se cansa, verdad? — Teresa bebió el último trago de su café — Yo creo que ni muerta te va a dejar en paz, amiga.
— Ay no, no sabes cuánto me fastidia tener que verla a cualquier lugar al que voy — Dije rodando los ojos.
— Bendito culichi — Dijo riendo — Pero ya, que se olvide de ti. Ya tiene lo que quería, para que lo pelea tanto. Digo, el Iván no esta tan bueno que digamos eh — Dijo riendo — Todavía sigo pensando que le viste.
— Lo mismo me pregunto yo.
— ¿Tú ya no sientes nada por Iván, verdad? — Dijo alzando una ceja.
— Después de lo que me hizo, todo mi amor por él se terminó. Le perdone todo, humillaciones, maltratos, infidelidades, que me pegara, que me gritara y se burlaba de mi, pero jamás que hubiera matado a mi hijo — Mordí mi labio — Por mi puede morirse ahora mismo. Su destino no me importa y lo que menos quiero es verlo.
— Ya no recordemos eso — Dijo acariciando mi hombro — ¿Y con mi hermano? ¿Se van a dar una oportunidad?. Ari, no la desaproveches. Él te quiere y mucho, no sabes lo lindo que me habla de ti, lo mucho que te quiere y te admira, y que algún día espera que puedas ser su esposa.
Hice una mueca y elevé los hombros. Siendo sincera, había pasado por tantos momentos oscuros que no sentía ni tenía el tiempo ni la emoción de iniciar una relación.
— Aún no estoy lista para iniciar algo. Hay tantas cosas que necesito aclarar, mis pensamientos y emociones no sintonizan de la misma manera.
— Al menos dime que le darás la oportunidad, que te darás la oportunidad de amarlo. Amiga, él lo merece y tú también.
— Tere, no te prometo nada.
— Vicente te quiere y yo... — Entrelazó nuestras manos — Yo quiero verte feliz con un buen hombre y que mejor que mi hermano.
¿Cómo le explicaba a mi amiga que sólo tenía un cariño de amistad por su hermano, pero jamás lo he visto como hombre?
Sonreí y apreté levemente su mano.
Iba a responderle cuando su celular comenzó a sonar. Le indiqué que contestara y ella me mostró la pantalla, dejándome ver que se trataba de Vicente.
— ¿Ya me extrañas? Ni te preocupes hermanito, ahorita voy a la casa y ahí me tienes 24/7 — Dijo riendo — ¿Cómo? ¿Estás jugando verdad?. Vicente, sabes que. Nos vamos para allá pero ya — Dijo exaltada — Si, ya vamos para allá. Tranquilízate Vicente, ya vamos para allá — Dijo y colgó.
La miré esperando una respuesta. Su cara llena de seriedad me invadió un miedo. Mi sangre bajó hasta el piso de sólo mirar su expresión.
— ¿Qué pasa Tere? — Dije animándola a que me contara de que habían hablado.
— Vámonos, en el camino te cuento — Saco su cartera y dejo un fajo de billete — Arianna, apúrate. Es urgente.
Ambas caminamos apresuradas a la camioneta. Durante el camino le insistí en que me dijera algo, pero su respuesta fue la misma.
Subimos a la camioneta y ella suspiró aliviada.
— ¡Carlos arranca la camioneta! — Dijo apresurada — Pero ya chingado.
— Ya voy, señorita — Dijo tratando de poner las llaves.
Al parecer el nerviosismo se sentía en el ambiente.
La camioneta arrancó y Teresa susurró algo que no logré entender. Mire por el retrovisor a Carlos, su mirada estaba invadida de miedo.
¿Qué estaba pasando aquí y por qué nadie quería decirme nada?
Hola chicxs!!. Había estado pensando en actualizarles desde la semana pasada, pero los tiempos no me lo permitían. Aquí estamos y espero seguir actualizando seguido (aunque no prometo mucho).
Meta: 100 votos y 28 comentarios.
¿Qué es lo que le ocultan a Arianna? ¿Tienen alguna idea?
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Deseo | IAGS
Bilim KurguDeseo que nunca duermas con la incertidumbre si aun sigues siendo suficiente para tu pareja. Deseo que nunca tengas esa necesidad de comprobar su fidelidad. Deseo que tus ojos jamás se llenen de lagrimas al descubrir otra infidelidad