IV

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Mariposas, coquillas y piel erizada es la sensación llena de serotonina que contamina cada parte del cuerpo de Taehyung, un alfa de apenas 15 años al ver a su amigo omega entrenando duro para ser aquello que según su casta no puede hacer, escondie...

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Mariposas, coquillas y piel erizada es la sensación llena de serotonina que contamina cada parte del cuerpo de Taehyung, un alfa de apenas 15 años al ver a su amigo omega entrenando duro para ser aquello que según su casta no puede hacer, escondiendo su belleza jerárquica para evitar que no permitan cumplir sus sueños. Quizás eso sea lo que encanto al lobo del pequeño alfa, la determinación y la pasión que Jungkook derrochaba.

Su corazón latió aún más fuerte cuando Jungkook detuvo su entrenamiento al notar su presencia, solo para sonreírle y saludarle con la mano y mover sus labios para decir a lo lejos un "hola", regreso el saludo pues no era descortés. Sin embargo, se preguntó, ¿en qué momento su amigo se metió entre sus ojos y corazón?

No quiere sacar conclusiones, no quiere culpar a su curiosidad hace unos meses cuando un olor bastante dulzón llego a su ventana en el segundo piso del castillo, era tan atrayente que no pudo ignorarlo, así que al asomarse por su ventana que daba hacia un cuarto aledaño que era el de Jungkook noto que este estaba hecho bolita en su cama tapado completamente hasta que en un movimiento descubrió sus piernas denudas haciendo sonrojar a Taehyung pues era la primera vez que veía así a Jungkook, se sintió tan obsceno por está viendo la piel de las piernas de su menor se veía tan blanca como la nieve que caía por el cielo e inundaba cada rincón del reino, se veía tan suave como el pelaje de un conejo. Sintió como una corriente tibia recorrió su cuerpo cuando un pequeño y dulce sonido salió de la boca del omega quien se encontraba tapado de todo el torso y por arriba de las rodillas.

Un dulce sonido que jamás había escuchado pero que si sabía de qué se trataba pues era algo que a su edad ya tenía conocimiento, un jadeo de placer se escuchó nuevamente y Taehyung no pudo quedarse una vez más a escuchar otro, sabía que era muy posible que Jungkook se estuviera haciendo cargo del libido que inundaba su cuerpo para hacer su celo más tranquilo. Cerro su ventana completamente sonrojado por lo que acababa de presenciar, se sentía extraño, aun lo hace y más cuando por las noches no puede evitar pensar en eso y lo bien que olían las feromonas de Jungkook. A veces es tanto que no puede evitar que su hormonal cuerpo reaccione ante el recuerdo. Sin embargo no es algo de lo que se sienta orgulloso pues al final, Jungkook es su amigo.

—Príncipe Taehyung —llamó el pelinegro sacando al alfa de sus pensamientos —, buenos días.

Taehyung lo miró los ojos amatistas de Jungkook un color bastante peculiar, algo que no había podido ver en alguien más que no fuera el omega.

—Buenos días, Jungkook veo que has estado entrenando muy duro.

El menor asintió.

—Eso debo hacer si quiero hacer sentir orgulloso a mi padre, sé que quizás esté viéndome así que tengo que dar lo mejor de mí.

—Debes de estar seguro que lo estará, te has esforzado mucho y eres el mejor hasta ahora, al menos por la edad que tienes —dijo Taehyung seguro de sus palabras pues sabía que Jungkook no se iba a rendir fácilmente menos cuando tenía una buena convicción.

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