𝟏𝟕 | ¿𝐃𝐎𝐋𝐎𝐑?

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Aquí andamos, preparando todo para hacer el medio carrete ya que a nuestros queridos compañeros se les ocurrió traer más amigos.

La Anto cómo buena persona les dijo que sí, pero a mi no me daba para nada buena espina.

— Antonela, apréciame. Mis pulmones no dan más. — Dije dando todo de mí para poder inflar unos globos.

— Ya po, Tomás. Hazte hombre y ponte las pilas que tu dama está muriendo.

— Chaa, si ya inflé como 60 y ella infló 5.

— Mejor me voy a hacer otra cosa. Todos me critican. — Me levante indignada caminando hacia la cocina para preparar los tragos y
demás.

Mientras me encontraba echando unas ramitas a un plato de plástico vibra mi teléfono.

Un mensaje del vicente.
"Mira, Dalita. Le llevo esto a la Anto, ¿Tú creí' q le guste?"
📷

"sii, vixoo.
está bakann, seguro le gustará."

"Ojaláa.
Espero no incomodarlas
llevando mucha gente :c"

"Traté de hacer que la Daniela invitara
solo a una cabra, pero esa cabra trae como
a cuatro weones."

"si supe, no t preocupi.
la anto iwal quiere q se diviertan
con gente q conocen."

"Tan linda la Anto."
*Sticker de gato*

¿Será verdad que este weon me quiere chamuyar?

Esa pregunta ha pasado por mi cabeza desde que vi la confesión. El Vicente realmente no se veía como una mala persona, y las veces que me he acercado, ha sido muy cálido conmigo en sentido de escuchar.

Hace poco empezamos hablar un poco más, y aun que no he sacado el tema de la confesión, se ha comportado un siete, weon. Realmente veo a alguien que no tiene otra intención más que ser mi amigo.

Y viéndolo así, alguien quiere dejarlo mal, por lo visto.

¿Será la ex?

— Ya me estái siendo infiel y solo te perdí de vista cinco minutos, Dalia.

Pegué un salto de aquí hasta Japón.

— Conchetumare, me asustaste, weon.

— Alguna maldad estabai haciendo.

— Estaba hablando con el Vicente, me mando una foto del regalo de la anto, es la media lampara, toda bonita.

— No me cae bien ese weon, no deberíai ser tan cercana a él. Tu sabi lo que él hace.

— No ha hecho nada malo. Lo único que sabi tú son cahuines, Tomás. — Tire el teléfono al mesón. — Ni siquiera has hablao con él, te cae mal por la wea de partido.

— Vo' sabí' que no es por el partido.

— Ya, ¿Entonces por qué?

— Hazte la loca.

Bueno, si sabía por qué. Pero a veces desconfío tanto de poder gustarle a un pelao que prefiero hacerme la loca, como dice.

Otro pensamiento culiao que me tiene pa el loli.

— Ándate, necesito reflexionar sobre mi vida mientras pongo el queso philadelphia.

✝ FLAYTIANDO | TOM KAULITZDonde viven las historias. Descúbrelo ahora