𝟏𝟖 | 𝐕𝐎𝐋𝐕𝐈𝐎 𝐀 𝐒𝐄𝐑 𝐐𝐔𝐈𝐄𝐍 𝐄𝐑𝐀

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Por la mierda, por la mierda, por la mierda.

Era obvio, él no soportaría más estar detrás de mi sin recibir nada y teniendo a todas las minas más lindas del liceo detrás de él.

Pero, ¿Porque lloro?

Tal vez es un descargo por sentir que justo estaba en mi momento de aceptación, pero ya todo acabó. Frustración de tener todo y perderlo todo.

Él volvió a ser quien era.

— Conchetumare, Dalia. ¿Qué te pasó?

Sequé mis lagrimas lo más rápido posible y agaché la cabeza, probablemente tenía todo el rimel corrido.

— Ah, Nada. ¿Por? — Ni lo miraba a los ojos, era obvio que ya sabía que pasaba algo, pero era mejor evitar el tema porque con lo curada que estoy me voy a poner a desahogarme.

No dijo nada, se sentó a mi lado y me abrazó.

— Nose qué pasa, pero puedes desahogarte conmigo, morenita.

Morenita...

— Vicho... — Empecé a llorar fuerte abrazándolo. Diosito sálvame de lo que voy a hacer. — Porqué los hombres son tan weones. – Seguía llorando

— Me estai webeando que es por ese aweonao, Dalia.

Asentí llorando a mares.

— Pero Dalia... Ese maricon es más pelao que la chucha y lo sabe medio liceo, no deberías ni relacionarte con él. — Me levantó la cara y me secó mis lagrimas. Tratando de arreglar mi maquillaje. — Tú no eres para él, eres muy bonita persona para alguien así.

— Yo la cagué, vicente. El me tenía a mi como prioridad hasta que se cansó de que no le correspondiera.

— ¿Qué hizo? ¿Pelearon?

— Recién se estaba besuqueando a la Daniela.

— ¿Qué? ¿La Daniela?

— Sí.

— Mira, la weona. Siempre se tiene que meter donde no debe. — Se agarra la cabeza.

— Ella no debe haber sabido que me gustaba, no se lo dije a nadie. Es mi culpa.

— Pero todos notábamos que había algo entre ustedes, hasta ella misma lo dijo. No puede ser tan cara de raja. — Habló frustrado.

Me abrazó y nos quedamos en silencio.

— Vamos al baño, te lavas la carita y vamos a bailar. No te desgastes por weas.

Me levanté e hice lo que dijo, por más mal que me sintiera, el Vicente llegó y se arregló todo mi estado de animo, él es como una luz.

Entré al baño, y me lave la cara.

Salí sin maquillaje lamentablemente. El vicente me estaba esperando literalmente en la puerta, menos mal no mié.

— Vicho, voy pa arriba a retocarme el maquillaje, anda al patio nomas.

— Bueno, te espero afuera.

✝ FLAYTIANDO | TOM KAULITZDonde viven las historias. Descúbrelo ahora