The One

CAPÍTULO 28

En la oscuridad de la noche, David Shield se encontraba atrapado en el abismo de una pesadilla que lo había perseguido sin tregua. El fuego rugía a su alrededor, devorando todo a su paso, la sangre manchaba el suelo y el aire estaba cargado con los desgarradores gritos de su esposa. Era un caos infernal, un escenario de horror que se repetía una y otra vez en su mente.

Y en medio de esa devastación, se erguía Tn, su figura destacándose entre las sombras como una presencia maligna. Su sonrisa, esa maldita sonrisa, era una mueca de burla que cruzaba su rostro mientras observaba el mundo arder. Detrás de él, la casa que David había llamado hogar se derrumbaba lentamente, atrapando a su esposa dentro de sus muros en llamas. La risa de Tn resonaba en el aire, un eco cruel que se mezclaba con el crepitar del fuego.

David se despertó abruptamente, su cuerpo empapado en sudor, su corazón latiendo frenéticamente contra su pecho. Durante un momento, se quedó allí, en su cama, tratando de recuperar el aliento mientras la realidad lentamente reemplazaba a la pesadilla.

Con manos temblorosas, alcanzó el vaso de agua en su mesa de noche, llevándolo a sus labios y bebiendo con avidez. El agua fría fue un bálsamo momentáneo, calmando su garganta seca y devolviéndole un poco de claridad.

Después de unos momentos, se colocó sus lentes y se levantó de la cama, sus pies descalzos tocando el suelo frío. La habitación estaba sumida en un silencio casi abrumador, un contraste absoluto con el caos de su sueño. Sin embargo, la imagen de Tn seguía grabada en su mente, su sonrisa permanecía como una sombra persistente que no podía borrar.

David sabía que no podía dejar que el miedo y el odio lo consumieran, pero cada noche era una batalla, y esa noche en particular, Tn había ganado. Sin embargo, estaba decidido a encontrar una forma de enfrentarse a sus demonios, tanto reales como imaginarios.

Tn caminaba al lado de Suzuki, la encarnación femenina de Shoto Todoroki, cuyos pasos parecían buscar un equilibrio entre la distancia respetuosa y la cercanía deseada. Aunque trataba de ocultarlo, su voz traicionaba su preocupación mientras le dirigía una pregunta.

-¿Cómo estás? -preguntó Suzuki, sus ojos reflejando la inquietud que había sentido al ver a Tn enfrentarse a aquel formidable adversario.

Tn, con su característico aire de confianza, le sonrió mientras caminaba, su mano encontrando su lugar natural en la cintura de Suzuki. -Tranquila, estoy bien -respondió con un tono que irradiaba seguridad-. Además, gané, ¿no?

El rubor subió lentamente por las mejillas de Suzuki, mientras una pequeña sonrisa se asomaba en sus labios. Había algo en la forma en que Tn se movía por el mundo, con esa confianza arrolladora y poder palpable, que le resultaba completamente irresistible.

En la entrada del autobús, Aizawa los esperaba, su paciencia ya desgastada por la demora de los estudiantes. -¡Muévanse, no tenemos todo el día! -les instó, su voz firme cortando el aire.

Tn subió al autobús, encontrando su asiento junto a Izumi, quien ya había tomado su lugar. Ella lo miró con ojos preocupados, casi al borde de las lágrimas, su preocupación evidente en cada palabra que pronunciaba.

-No vuelvas a hacer una locura así -le dijo Izumi, su voz temblando ligeramente-. Realmente pensé que ibas a morir.

Tn, disfrutando de la preocupación que sus acciones habían generado, le devolvió una mirada cálida y tranquilizadora. -Pero no fue así, ¿verdad? -respondió, su tono ligero-. Estoy aquí, vivo y coleando, y el otro no puede decir lo mismo.