Sting like a bee // Jeongcheol

꿀벌 4: The afternoons are boring 꿀벌

Mañana iba a ser el inicio de su tercer año, y Seungcheol se estaba preparado para el día de mañana. Ordeno sus apuntes pasados, recopilo sus libros, organizo su material, y actualizo su portátil.

Pero la tarde estaba siendo silenciosa y tranquila.

Sus otros compañeros de la zona C había salido al centro, Seokmin se había ido de compras con Jun, Soonyoung estaba en casa de sus padres, y Wonwoo y Mingyu llevaban toda la mañana encerrados en la habitación del más mayor.

Aburrido y observando el techo sobre su cama, Seungcheol se levantó y se sentó en el alfeizar de su ventana, observando el patio interior con curiosidad.

De pie, frente a una mesa se encontraba Minghao, con su mullet totalmente despeinado. Doblaba varias prendas de ropa al mismo tiempo que hablaba con Jeonghan, el chico rubio sentado sobre la lavadora.

Se fijó en el cigarrillo que había entre sus dedos, que ocasionalmente llevaba hacia sus sonrientes labios y daba una calada. Después se reía. Era realmente algo obsesivo de ver, ya que el chico era perfecto.

Minghao desapareció por la puerta que llevaba al interior de la casa, y fue entonces cuando la mirada de Jeonghan se clavó sobre la de Seungcheol. Desde luego, el rubio había sabido todo aquel rato que estaba siendo observado.

Pero a diferencia de en las series o las pelis cliché, Seungcheol no se marchó, no se ruborizó, no le apartó la mirada o hizo alguna otra cosa por el estilo. Simplemente, se quedaron algunos minutos mirándose, inspeccionándose.

Hasta que se escuchó la voz de Minghao y Jeonghan bajo de la lavadora de un salto. Se volvió a adentrar en la casa y Seungcheol le imito.

Se sentó tras su escritorio y comenzó a leer los libros de ese año, para ponerse al contexto para el día siguiente. La tarde fue larga, lenta y aburrida, y estuvo varias veces a punto de quedarse dormido.

Pero cuando estuvieron a punto de dar las siete, la puerta de su habitación se abrió y Seungcheol pudo ver a Jeonghan de pie en esta.

Ya no fumaba, pero tenía sus manos enterradas en los bolsillos de su enorme sudadera. Traía puestos unos pantalones cortos que dejaban a la vista sus muslos blancos, de nuevo, y unos calcetines de color turquesa.

Seungcheol, nervioso, prefirió mantenerse callado.

Jeonghan se adentró en la habitación como si fuera la propia, ignoro a Seungcheol, aún sentado en su escritorio, y se sentó en el alfeizar de la ventana que daba al patio exterior.

El rubio abrió la ventana y un leve viento helado entro. Seungcheol en ese momento pudo notar el cielo de tonos anaranjados que había en el exterior. La vista era hermosa.

- ¿Puedo fumar?- fue la pregunta de Jeonghan. Seungcheol asintió, y lo vio sacar de su bolsillo una cajetilla y un mechero rosa. Encendió el cigarro y le tendió la caja, acierta.- ¿Quieres?

Seungcheol simplemente alargo la mano y tomo uno, encendiéndolo con su propio mechero de color amarillo, que descansaba siempre en su estantería.

La habitación se quedó en silencio, mientras uno observaba el paisaje, el otro leía apuntes. Seungcheol se llevó el cigarro a los labios y dejo lo que estaba haciendo de lado.

Giro su silla en dirección a la ventana, observando a Jeonghan, quien seguía sentado con las piernas en su pecho.

Hasta que se miraron mutuamente, y Seungcheol sintió por primera vez mariposas.

Jeonghan sonrió.

Se levantó de donde había estado sentado y se acercó a Seungcheol, quien solo le observo. Alargo la mano y tomo el mechero amarillo, se lo guardo en el bolsillo y, en cambio, dejo sobre su estantería el mechero rosa.

- Tu habitación tiene las mejores vistas.- fue lo último que dijo el rubio antes de salir de la habitación.

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