Faltaban un día para año nuevo y Seungcheol no podía evitar dar vueltas por la casa, tratando de entrar en calor. Aquella casa era tan grande, que poner la calefacción les costaría millones, así que todos iban abrigados por la casa y dormían con tres mantas en las noches.
Bajo las escaleras hacia la entrada de la casa, dispuesto a ponerse su abrigo para estar por casa, del frío que hacía. Pero un rico olor lo desvío de su destino y lo hizo entrar en la cocina de la primera planta.
Esta solo era utilizada por los de la zona A y cuando a veces tenían que hacer comida para todos.
La cocina estaba llena de bandejas de galletas, horneadas y por hornear aún. También había varios utensilios sucios en el fregadero y cosas esparcidas por todas partes. Jeonghan era el causante de ese desastre.
- Vaya, qué montón de galletas...- murmuro asombrado, y llamando la atención del rubio.
- Ya.- soltó una risa el rubio, utilizando un cortador de corazón en una superficie de masa.- Iba a ayudarme Seungkwan, pero tuvo que ir corriendo a la tienda a por vino. Aún no ha vuelto, y esto es bastante estresante.
Seungcheol sonrió, adentrándose al lugar y abriendo la puerta del horno. Saco las dos tandas que se estaban haciendo y metió otra bandeja. No era muy bueno en la repostería, pero podría ayudar a poner cosas al horno.
- Puedo ayudarte yo. Aquí se está bien.- se ofreció, y ambos se sonrieron.
Con su ayuda, Jeonghan consiguió terminar la última tanda y la metieron al horno. Después tuvieron que comenzar a lavar todo lo utilizado, pero era demasiado.
Jeonghan era horrible para lavar platos, estos se le resbalaban de las manos, ponía demasiado jabón o se le caían las cosas al suelo. Seungcheol tuvo mucha paciencia con él, y consiguieron terminarlo todo antes de sacar las últimas del horno.
El pelinegro se apoyó en la pared, observando a Jeonghan sacar las galletas de las bandejas y colocarlas en platos. Iba a decorarlas cuando se enfriaran, con ayuda de Minghao, quien era bueno con el arte.
- Oye.- lo llamo Jeonghan, de espaldas a él.- ¿Lo que dijiste en noche buena, era cierto?- Seungcheol trato de recordar, pero no sabía a que se estaba refiriendo.- Que te parezco el más lindo.
Seungcheol observo la espalda de Jeonghan, su cintura, su cabello rubio y piel blanca. Podía imaginarse un sonrojo en sus mejillas, puede que se estuviera mordiendo el labio, o jugando con sus manos. Pero no lo veía.
Decidió responder.- Sí, era cierto.- no sabía por qué lo admitía frente a él.- Y aún lo es. Me pareces muy lindo, pero eres más que un rostro bonito, Hannie. ¿Por? ¿Mingyu volvió a decirte algo feo?
- Lo que yo dije también era cierto.- añadió el rubio, ignorando sus preguntas. Seungcheol se quedó en blanco, y Jeonghan se giró a mirarle sobre el hombro. Estaba un poco colorado.- Me gusta alguien.
Seungcheol trato de tragarse el nudo que tenía en el cuello.- Eso es genial. ¿Tu compromiso con... ese hombre, acabo?- pregunto curioso.
Jeonghan sonrió con una mueca y volvió a girarse.- No, aún está presente.
- Oh...
- Pero quiero romperlo.- añadió, sorprendiendo a Seungcheol.- Quiero... plantarles cara a mis padres. Es mi propósito para año nuevo.
- Eso... está bien.- Seungcheol se apartó de la pared y dio algunos pasos en dirección a Jeonghan, quien seguía de espaldas.- No deberías estar con alguien que no te guste. Los matrimonios arreglados son algo que debería haber quedado atrás.
- Pienso igual.- afirmo el rubio, y detuvo sus movimientos.- Siempre pensé que debía obedecer a mis padres, ya que ellos me dieron la vida, pero... he comprendido que no soy feliz haciéndolo. Quiero dejarlo... todo atrás.
Jeonghan aparto el último plato de galletas y se giró, apoyándose en la encimera. Fue entonces que Seungcheol noto que sus piernas estaban descubiertas.
Termino de dar los últimos pasos que los separaron y deslizado sus manos por la espalda de Jeonghan, bajando hasta su trasero y tirándole de sus piernas hasta conseguir sentarlo en la encimera de la cocina.
Sus respiraciones chocaron y las manos de Jeonghan le subieron por el cuello hasta las mejillas, acariciando la zona hasta conseguir juntar sus labios.
Seungcheol le devolvió el gesto con ferocidad, dejando una de sus manos en su trasero y la otra en su muslo, amasándolo como hacía tiempo soñaba. Eran blancos, suaves y calientes, mucho mejor que en sus propias fantasías.
Los labios de Jeonghan eran como una flor, dulces y cálidos, hermoso y de buen color. Sus pestañas negras y rizadas, el calor húmedo de su aliento chocando contras sus labios cuando necesitaba respirar, el olor a galletas de sus manos y la sonrisa sincera que decoraba sus labios.
Seungcheol devoró sus labios como si fuera el último manjar que había sobre la tierra, sintiendo un nido de abejas en su estómago por la emoción. Porque le gustaba, amaba las sensaciones que Jeonghan dejaba en él.
Un último chasquido se escuchó cuando sus labios se separaron. Tomo a Jeonghan de las piernas y lo cargo. El rubio se aferró a su cuello como un vampiro y lo abrazo.
- ¿Compartes habitación?
- Sí, pero Seungkwan no está.- murmuro Jeonghan en un susurro. Estaba nervioso.
Seungcheol se adentró en la zona de habitaciones A y agradeció que esta estuviera vacía. Entro en la habitación de Jeonghan, y cerro la puerta con el pie.
꿀벌
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Sting like a bee // Jeongcheol
FanfictionLo primero que Choi Seungcheol vio al entrar en su nueva casa para estudiantes, fue a dos chicos comerse la boca sobre la encimera de la cocina. Uno de ellos, era Yoon Jeonghan. Con la apariencia de una abeja reina, Jeonghan parecía ser el que movía...