Capítulo 3

1.7K 128 10
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

   De un puntapié mando a la otra punta de la habitación una pelota (alguna vez fue un montón de ropa) y busco en el armario zapatero mis botines negros de cuero impermeable perfectos para una mañana lluviosa

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

   De un puntapié mando a la otra punta de la habitación una pelota (alguna vez fue un montón de ropa) y busco en el armario zapatero mis botines negros de cuero impermeable perfectos para una mañana lluviosa. Lo cual es bastante común aquí, en la húmeda y solitaria vieja Forks.

   Es sábado y pese a que el sol está refugiado, el día promete. La tormenta se ha disipado. Eso ha de ser una buena noticia para Bella, está bastante excitada por conocer a la familia Cullen. Me juego toda mi colección de fisiopatología general a que a mi hermana mayor le crispan los nervios por dos motivos bien parejos: quiere encajar en esa pequeña unidad extraña y flamante y, por supuesto, participar en la partida sin causar daños colaterales.

   Suena el timbre de casa cuando me estoy peinando. O, más bien, cuando trato de arreglar mi enmarañado cabello. A veces nos cuesta ponernos de acuerdo, justo hoy ha tomado su sentencia y, para mi fortuna, logro cepillarlo viéndose presentable. Lavo mis dientes (dedico dos minuciosos minutos, leí en un artículo que es el tiempo mínimo requerido), separo mis pestañas con los dedos y agua (el rímel está caducado y seco desde hace un año. Hago una nota mental: tengo pendiente comprarme uno nuevo), y bajo las escaleras al trote.

   Oigo las regañinas de papá de fondo, no le gusta que corra y, bajo ningún concepto, subiendo o bajando escaleras, ya que es consabido lo torpe que soy. Ya he tenido sustillos (y alguna que otra caída tonta).

ᅳBuenos días, papáᅳsaludo dándole un efímero abrazo de costado.

ᅳJacob Black está en mi jardín.ᅳEs su forma de corresponder mi muestra de afecto. Vuelve a repetir:ᅳ. ¿Qué hace Jacob Black en mi jardín?

   Guardo en mi mochila bricks de zumos diferentes: piña, para mí; melocotón para mi amigo, galletas saladas y dulces y un popurrí de golosinas. Tenemos por costumbre zampar hasta reventar.

   “Que no se pierdan las viejas y buenas costumbres” pienso robándole una tira de bacón frito de su plato. Me da un manotazo, pero he sido más rápida. Ya la estoy deglutiendo.

ᅳQuiere enseñarme su moto, todavía no la tiene al punto, pero le falta nadaᅳrespondo tras dejar un sonoro beso en su mejilla, me alejo y acerco a la puertaᅳ. Nos vemos en la comida, papá.

Historia Lobuna | Embry Call → REESCRIBIENDO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora