Capítulo 29

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  Isabella Swan viste la capa de honor, una toga amarilla, y un birrete cuya borla ha impactado de lleno en su rostro en múltiples ocasiones arrancándole unas risitas a Alexandra, quien ha apostado por un vestido plata, drapeado y cuello en forma ...

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Isabella Swan viste la capa de honor, una toga amarilla, y un birrete cuya borla ha impactado de lleno en su rostro en múltiples ocasiones arrancándole unas risitas a Alexandra, quien ha apostado por un vestido plata, drapeado y cuello en forma de corazón profiriendo una silueta estilizada y madura. Su cabello cae en cascada hacia el lado, una horquilla cuyo abalorio es una rosa nívea lo sujeta. Opta por unos tacones que combinen con su atuendo, de poca altura y tacón grueso (mejor ir cómoda que incapacitada para caminar; sumándole los tortuosos roces en la piel).

Está sentada entre las columnas de Michaela Stone y Jared Cameron. La adulta ha inspeccionado a Embry Call (el pobre tiembla asustado cuando descubre que es su suegra), pero su pareja ataja cualquiera de los alocados comentarios que piensa decirle quedando entonces una simple y cordial presentación. Alex asoma la cabeza durante el alegato de Jessica Stanley para dedicarle una amplia sonrisa a su novio, cuyo sudor enmarca sus facciones. Le divierte sobremanera ver a Embry en ese estado.

Aunque también le emociona verlo con traje. Lleva el mismo que usó en el baile, pero para ella es como si fuera uno nuevo, como si lo viera por primera vez. Le sienta tan bien el tono grisáceo junto a la corbata oliva... Se muerde el interior de los labios interponiendo en sus pensamientos el sosiego y la paz. Sería sencillo saciar su voraz apetito con su boca, derretirse en sus brazos. Maldita sea, está deseando encajar de una vez sus cuerpos en un placentero abrazo. Sin embargo, su madre iniciaría una imperiosa guerra.

Las palabras de Jessica germinan una sensación melancólica en los presentes. Sobre todo, en Alexandra, que debe apartar la mirada de Edward y su hermana. Ya está. El cambio ya está llegando. Cierra los ojos mientras la nerviosa chica postrada en el escenario habla acerca de cometer errores. Qué irónico que lo suelte justo ahora.

ᅳEs momento de subirse al tren equivocado y extraviarse, de enamorarse...a menudo. De licenciarse en Filosofía porque es imposible hacer carrera en ella. De cambiar de idea y de volver a cambiar porque no hay nada permanente...así que cometed todos los errores que podáis, y algún día cuando nos pregunten qué queremos ser, no tendremos que adivinarlo... lo sabremos.

Es un gran discurso, eso debe reconocérselo. Los padres, los profesores o tutores esperan siempre que unos críos actúen como un adulto cuando ellos asumen un cuarto de ese papel. Pretenden que las decisiones sean acertadas y, asimismo, complazcan sus longevas ideologías. Y Alex está de acuerdo con lo anterior. ¿Qué es mejor: una vida estructurada cuyas directrices discurren al camino de la amargura o una en la que la paciencia y perseverancia guían tus pasos hasta encontrarte, hasta descubrir qué es lo que realmente te hace feliz?

Historia Lobuna | Embry Call → REESCRIBIENDO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora