𝓉𝓌ℯ𝓃𝓉𝓎 ℴ𝓃ℯ

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-Hyunjin has bebido mucho- Opinó Seungmin, pasó una semana desde que Minho se había ido y lo único que hacía Hyunjin era emborracharse y drogarse todos los días.

-No me jodas ahora, Seungmin- Pidió el pelinegro sentándose en el sillón con su tercera botella de cerveza del día, viendo a la nada y pensando en lo mucho que necesitaba a Minho en cuerpo y alma.

-Desde que Minho se fue no has dejado de beber o de drogarte-

-No quiero hablar sobre el-

-Hyun por favor deja el alcohol, solo te daña más, por favor déjame ayudarte-

-¡Bueno ya Seungmin! Si quiero emborracharme todos los putos días es mi puto problema, y no, no necesito tu ayuda, estoy bien. No es como si no me hubieran abandonado antes-

-Por favor Jinnie. Deja de alcoholizarte-

-Voy a alcoholizarme porque no puedo con la puta culpa de seguir extrañando a Minho- 

-Vas a superarlo, Minho no es el único chico en el mundo-

-Ahorrate tú speach ¿bien? Ya estamos lo suficientemente grandes y creo que somos lo suficientemente maduros para entender que el amor es una puta mierda. Perdí a Felix y perdí Minho, ambos por mi estúpida culpa-

El de flequillo rubio negó con la cabeza. Tendría que buscar la forma para que Minho volviera y Hyunjin pudiera dejar de beber.

Todos los días del pelinegro eran así: Despertar, ducharse, cortarse las muñecas, beber alcohol y drogarse, si tenía suerte comía algo durante el día.

El azabache se puso de pie y se encerró en la habitación, recordó porque Minho lo había dejado.

Sacó el cúter sentándose en el piso.

-Lo siento tanto, cariño- Susurró entre llanto.

Empezó a hacer cortes ligeros reabriendo las líneas delgadas rojas, de ellas empezaron a derramarse hilos de sangre cayendo en el piso formando un gran charco de sangre.

"No por algo era Blood prince" Pensó riendo un poco sarcásticamente.

Así estuvo las siguientes dos horas, bebiendo tres cervezas más, fumando un cigarrillo y cortándose las muñecas mientras lloraba.

[...]

Minho siguió yendo a la universidad después de tres días, extrañaba mucho a Hyunjin y lloraba todas las noches por el.

-Hey Min- Saludó su mejor amigo, Jisung.

No respondió al llamado, estaba lo suficientemente atrapado en la belleza de Hyunjin, en esa maldita noche en la que follaron, su cabello despeinado y sudado, sus ojos cerrados, sus pomposos labios entre abiertos que soltaban gemidos agudos y su pecho desnudo color leche todo eso que su mente le proyectaba y odiaba que lo hiciera.

-¡Minho!- Gritó Jisung sacándolo de sus pensamientos obscenos.

-¡Joder Jisung!-

-Tengo que hablar contigo-

-¿Ahora?-

-Si, ahora-

Minho asintió siendo prácticamente arrastrado por los pasillos de la universidad hasta llegar al baño.

-¿Tenemos que hablar aquí?-

-Es algo... difícil-

-Te escucho-

-Minho, hace poco comenzaste a gustarme, confío demasiado en ti, te amo Minnie. Así que... ¿Quieres ser mi novio?-

El nombrado estaba demasiado en shock, no sabía que decir o qué hacer, definitivamente no le gustaba Jisung.

-Sunggie yo...- No pudo terminar porque Han se abalanzó sobre él besándolo.

Beso que no correspondió al principio pero después de unos segundos de pensarlo lo hizo.

Beso a Jisung y para su sorpresa besaba bastante mal.

Sus besos no se comparaban con los de Hyunjin, él sabía como hacerlo sentir amado pero excitado a la vez, cosa que Jisung no lograba demostrarle.

-Si Sung, si quiero ser tu novio- Aceptó cuando se separaron.

Su ahora novio lo abrazo muy feliz, habia tenido un crush muy fuerte con Minho desde que lo conoció y por fin logró tenerlo de pareja.

Pero Minho no sentía lo mismo, el amaba a Jisung pero como amigo, amaba a Hyunjin lo amaba como un maldito loco pero tenía que aprender a hacer su vida sin el pelinegro de ojos chocolate.

Blood Prince [HyunHo] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora