𝓉𝓌ℯ𝓃𝓉𝓎 𝒻ℴ𝓊𝓇

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El teléfono de Minho no paraba de sonar, tenía cincuenta y tres llamadas perdidas de su novio y Veinticinco de su padre y hermano.

Minho volvería, solo estaba ahí para cuidar que Hyunjin no se drogue o se alcoholice una vez más.

No podía volver a caer en los encantos de Hyunjin.

Si quería, su corazón le pedía volver a sentir a Hyunjin cerca de él, volver a tenerlo en cuerpo y en alma para nunca más dejarlo ir.

Pero solo eran deseos, era su mente contra su corazón y no estaba soportando seguir participando en esa estúpida lucha en la que no sabía que sentir, porque también estaba Jisung, el moreno de mejillas bonitas al cual no quería lastimar.

Mensajes de Jisung no paraban de llegar preguntándole porque no llegó a la fiesta cuando su padre salió a avisarle que Minho había salido sin decir nada.

Solo reclamos y reclamos por parte del moreno, en un momento en el que Minho salió de la habitación a prepararle de comer al pelinegro le llegó una notificación a su celular que Hyunjin alcanzó a leer.

"¡Minho! Te llame mil veces y pase a tu casa, no estabas. Por favor, necesito verte para preparar nuestro aniversario de un mes, mis padres quieren verte, te amo, love"

Al azabache empezó a entrar en un ataque de ansiedad, Minho ya salía con alguien más...

Entró al baño volviendo q su rutina, alcoholizarse mientras se cortaba.

Se sentía insuficiente, el novio del platinado seguramente lo tenía todo, el si podía presentarle a sus padres, él podía salir a la calle como una persona normal, cosa que Hyunjin no podía hacer.

Y es que el pelinegro podía darle todo a Minho, pero solo en el área económica, Hyunjin podía darle todo de él a Minho, aunque no fuera todo lo que Jisung le diera.

Sus pensamientos y sus cortes fueron interrumpidos cuando el de ojos miel tocó la puerta.

-¿Qué?- Grito Hyunjin regulando su llanto y limpiando su sangre con papel absorbente.

-Hyunjin, la cena esta echa, déjame entrar-

-Ahora... voy-

La voz cortada del menor avisó al mayor que no estaba bien.

Minho terminó por abrir la puerta cuando Hyunjin aún no terminaba de limpiar.

-¿Qué haces...?-

-N-nada, yo... me golpeé-

-Hyunjin quiero la verdad-

El azabache bajó la mirada, tenía que pensar en algo antes de que Minho viera sus muñecas.

-Déjame ver- Pidió el platinado extendiendo su mano hacia la del contrario.

Poco a poco la tomó viendo las líneas delgadas y rojas de las cuales seguían brotando hilos delgados de sangre.

-¿Porqué?- Preguntó el de cabello plata con los ojos llorosos.

-No es importante- Desvió la mirada.

-Si lo es, Hyunjin. ¿Porque haces esto?-

El pelinegro quitó bruscamente su brazo del agarre de Minho bajando su manga.

-No es tu problema, Minho-

-Si lo es Hyunjin, respóndeme-

El azabache lo pensó un poco, si quería recuperar a Minho tendría que decirle que es lo que lo tiene mal.

-Tú... ¿tienes novio?-

-Hyunjin...-

-Respóndeme, Minho-

-Si, lo tengo-

-¿Eso responde tu pregunta?- El pelinegro comenzó a llorar.

-¿Estás así por eso?-

-Si, si Minho, me corte las putas muñecas por ti, porque me haces sentir tan bien que es como si no fuera real, porque una persona como yo no es capaz de sentirse así, me siento insuficiente porque solo puedo darte todo en el área económica pero ¿y tú vida normal? Solo podrías estar conmigo si vives escondiéndote, si vives robando y asaltando bancos. Aunque de todos modos no estarías conmigo después de lo que le dije de ti a Seungmin, me enamoré de ti, Minho, y estoy jodido por eso, leí tú puto celular con los mensajes de tu novio que, seguramente, es mejor que yo, mucho mejor que yo en todos los malditos sentidos-

Blood Prince [HyunHo] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora