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—¡Ayuda!—Gritaste con todas tus fuerzas.—¡Ayudenme por favor!
Fuiste una estúpida al meterte a un bosque mientras nevaba. Al menos puedes decir que viviste una buena vida junto a tu familia y amigos pero lo único malo es que nunca pudiste tener novio.
No te sirve de nada en estos momentos tu visión dendro.
—¡Ayuda!— Ya te dolía la garganta de tanto gritar.— Al diablo, me voy a morir en este lugar.
Pasaste varias horas despierta hasta que ya no lo soportaste más y te quedaste dormida.
Cuando despertaste viste a un tipo pelinaranja mirándote muy de cerca.
—¿Bonita siesta?— Tenía una sonrisa de engreído.
Te levantaste del suelo y te apartaste lo suficiente como para chocar con una pared del lugar.
—¡No puede ser!— Te espantaste.—¡Un pervertido!— El chico se ofendió.—¡Ayuda, estoy encerrada con un pervertido!
—¡¿Estás loca?!¡Para de gritar estupideces!— Se acercó a ti y le lanzaste nieve.—¡Ahg que chica tan tonta!
—¡A-alejate!— Te tomó de ambas muñecas y las puso sobre tu cabeza.
— Te vine a salvar y así me tratas.— Suspiraste aliviada.— Escuché como gritabas por ayuda y llegué aquí y te vi durmiendo.
— Lo siento por decir que eres un pervertido pero no lo haces fácil.— Los botones de tu blusa iban a explotar si te mantenía agarrada.— Tienes cara de pervertido y mira como me tienes.
El chico suspiró y te liberó de su agarre.— Me estoy arrepintiendo de salvarte.— Te miró a los ojos.— Me llamo Ajax.
— Y yo T/n.— Miraste de reojo al muchacho y puede tener cara de depravado pero es muy atractivo. Tiene todo lo que te gusta en un hombre.—¿Como saldremos de aquí?
— Tengo que tomarte en brazos, así que no me trates de pervertido de nuevo.— Asentiste.
Te puso sobre su hombro como si fueras un costal de papas y salió del lugar con una gran agilidad, lunático pero para nada tonto.
Te dejó en el suelo con cuidado y te sonrió. Por su Majestad, este tipo es perfecto.
— Fue todo un placer rescatar a una damisela en apuros.— Sonreiste avergonzada, todo por un error de novata.
— Muchas gracias por salvarme, eres un ángel.— Ajax tomó tus manos y te pusiste nerviosa.
— Procura caer otro día en este lugar y con gusto vuelvo a sacarte.— Le dió un beso.— De preferencia un día jueves, siempre estoy aquí ese día.
