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(Tighnari)
—¿Irás con T/n?— Asentiste.—¡Dele mis saludos!
Guardaste tu arco y te fuiste dónde la chica que tanto te costó encontrar.
Ella se escondía muy bien y cada vez que intentaste hablarle simplemente desaparecía.
Cuando por fin lograron entablar una conversación sin que ella huyera se hicieron muy buenos amigos. T/n te iba a visitar o tu a ella, se lleva bien con la mayoría de tus compañeros guardabosques y Collei la adoró.
Por estar metido en tu mente no sentiste su presencia y en un segundo te tiró al suelo y se sentó en tu espalda.
—¿Estás bien?— Se levantó de tu espalda y te miraba preocupada.— Fue muy fácil derribarte.
— Estaba pensando en algunas cosas que debo hacer como guardabosques.— Te ayudó a pararte.
Del tiempo que la conoces, te demostró lo asombrosa que es combatiendo. Te dijo que aprendió por estar viajando constantemente por Teyvat, siempre se encontraba con ladrones o monstruos diversos.
—¡Encontré un lugar que te encantará!— Su sonrisa es radiante.— Bueno, en teoría puede que ya lo conozcas porque eres de Sumeru y yo no.
—¡Solo vamos!— Es una persona que sobrepiensa mucho las cosas y saca conclusiones demasiado rápido.
Te guió a la arboleda Moutiyima y este lugar siempre esta lleno de enemigos así que sacaste tu arco y te pusiste en alerta ante cualquier movimiento extraño.
— No es necesario que peleemos.— Se veía relajada.— Ya eliminé a todos los enemigos de la zona, tarde bastante pero valdrá la pena. No quiero que nada estropee la linda vista que quiero que veas conmigo.
—¿Cuanto tardaste en todo esto?— Sacó la cuenta con sus dedos.
— Me demoré 2 días en total.— Resopló.—Así que espero que lo aprecies.
Se adentraron más al lugar y cada vez había menos luz pero las arboledas gigantes brillaban con intensidad y se veía hermoso. Nunca te habías adentrado tanto en este lugar porque mayormente no corresponde a tu zona de patrullaje y tampoco era de tu interés
— Es bella la vista.— Sonreíste como un tonto.— Tu esfuerzo valió la pena.
— Sumeru es precioso, es de las naciones que más me han gustado.— Te entristecía el hecho de que ella pudiera partir pronto, es de las pocas personas con las cuales has conectado realmente.— Tengo algo que decirte algo, Tighnari.
Dejaste de mirar los arboles y miraste a tu amiga.—¿Qué sucede?
— Como ya sabes, soy una viajera y solo he venido de paso a Sumeru.— Tu cola se fue hacía abajo.—¡No te pongas triste!
