👑Kazuha👑

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Odiabas con tu vida los bailes imperiales porque como era tu debut a la alta sociedad, tu madre estaba buscándote esposo como loca.

Huiste del salón de la fiesta para refugiarte de todos los tipos que intentaban coquetear contigo.

Ahora estabas en un hermoso jardín intentando trepar un árbol pero tu molesto vestido no lo permitía por lo que intentaste romperlo a toda costa pero era imposible.

— Nunca imaginé encontrar a la hija de mi consejero intentando huir de mi fiesta de cumpleaños.— Te giraste a mirar y era el emperador de tu nación.

—¡S-Su Majestad!— Soltaste tu vestido e hiciste una reverencia ante él.— Lamento mucho encontrarnos de esta forma. Me presento, mi nombre es...

— T/n, la duquesa.— Asentiste.— No sabía que le disgustaba tanto la idea de mi cumpleaños.

Te apresuraste a encomendar de inmediato este malentendido.— Se equivoca.— Suspiraste.— He debutado en la alta sociedad por lo que se acercan muchos chicos para intentar algo.— Lo miraste a los ojos apenada.— No es nada contra usted, Su Majestad.

— No creo que su padre este complacido con su huida y mucho menos que intente romper un vestido tan bello.— Me ofreció su brazo y acepte.— Le mostraré mi palacio, así no podrán regañarla.

— Muchas gracias, Su Majestad.— Sonreiste agradecida.— Estoy en deuda con usted.

Caminaron por los pasillos del palacio mientras te enseñaba todo. Habían lugares que ya conocías porque como tu padre es su consejero, de vez en cuando vienes a dejarle cartas o algún recado que llega a casa.

Su Majestad es demasiado amable y te sentías muy cómodo a su lado, es como si fueran amigos desde hace mucho por la cercanía que se creo en un par de minutos.

Entraron a un salón que estaba lleno de cristales que simulaban las estrellas. Te gustaba mucho el cielo nocturno pero es complicado de comprender la parte científica.

— Es precioso...— Mirabas la sala conmocionada. Era demasiado bello ante tus ojos.— No sabía que existía una sala así en su palacio.

— Este es el salón de las estrellas, es obvio el por qué del nombre.— Dijo riendo.— Muy pocas personas tienen permitido entrar a este lugar.

— Vaya, me siento privilegiada.— Habían unos asientos en la sala así que ambos fueron a sentarse.

Eran los asientos de los emperadores pero aún no hay una emperatriz para tu nación.

La sucesión del emperador sucedió debido a que el antiguo emperador murió repentinamente siendo aún medianamente joven por lo que su hijo tuvo que convertirse en la figura máxima de autoridad de un día para otro. Y por eso, él aún no se casa pero lleva ya un año en el puesto y aún no hay un nombramiento de alguna chica como tu nueva emperatriz.

— Su Majestad, ¿Por qué aún no tiene una emperatriz a su lado?

Viste como se veía apenado de hablar de eso.— No quiero casarme con alguien que no amo. Debido a mi posición, urge que me case pero no lo haré hasta que esté con alguien que en verdad ame.

— No me esperaba eso de su parte.— Se miraban mutuamente.—¿No se supone que tenía una prometida?

— Así es, pero cancele el compromiso por la misma razón. Ha de ser horrible estar toda la vida con una persona por mero compromiso político y que se odien.— Eso es verdad.— Así que no tengo prisa pero mi gabinete ya quiere asesinarme por no desposar a ninguna señorita.

— Su Majestad, es muy fiel a si mismo.— Te gustaba eso.

— Por favor, dime Kazuha.— Su sonrisa es tan apacible.— Solo Kazuha.

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