34| I thought

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SAMANTHA'S POV

La piel de Ari es adictiva, la sostuve fuerte toda la noche como si fuera un peluche, pequeño y esponjoso. Ella es cálida y suave. La forma en que sus brazos se envuelven alrededor de mi cintura derrite mi corazón cuando lo pienso. Era tan linda e inocente que incluso pensé en besarle la frente cuando desperté esta mañana.

—¿Tierra llamando a Rivers? —Nuvia me pregunta.

La miro y parece que me estuvo mirando fijamente durante un tiempo. Ella me sonríe e inclina la cabeza a un lado.

—Te ves feliz.

Me rio y sacudo la cabeza.

Nuvia inclina la cabeza y sonríe sombríamente. —¿Qué pasó?

Para ser honesta, Ari fue parte de la razón por la que estoy de tan buen humor. Esta vez no nos peleamos. Me siento aliviada de que ya no haya tensión entre nosotras. Por primera vez, siento que podemos ser algo más que enemigas. Nuvia y todos los demás en esta ciudad podrían sorprenderse cuando se enteren de que Abril y yo somos... amigas. Nos besamos, unas cuántas veces. ¿Somos algo más ahora? En realidad no lo sé. Ari es el tipo de chica que no puede conformarse con alguien y eso me da miedo. La besé y esto significa mucho para mí. Tal vez para ella, un beso es lo mismo que abrazar a un amigo, pero no pienso lo mismo al respecto.

—¡Hola chicas! —dice Ari detrás de nosotras.

La miro y un poco de rubor surge de sus mejillas antes de que mire a Nuvia. ¿La hago sentir incómoda? Aprieto los labios. Nuvia frunce el ceño y sus ojos hacen malabares entre Ari y yo.

—¿Me perdí algo? —Nuvia nos pregunta.

—Oh... em... bueno —empiezo a hablar.

Alguien sale de la nada y desliza sus brazos alrededor de los hombros de Ari. Puedo sentir mi cara ardiendo de ira cuando veo la sonrisa descarada de Juan. ¿Por qué vuelve a abrazarla? Aprieto la mandíbula mientras los miro. Ari parece sorprendida de verlo, pero sus ojos se suavizan.

—Oye... ¿Qué haces aquí? Pensé que tenías clases

—Te extrañé, al igual que a tu trasero. Parece que ha pasado una década desde la última vez que te vi —dice y presiona sus labios. Ella es así, debí haberlo sabido desde hace tiempo, pero esperaba que pudiera ser otra cosa. Me equivoqué. Nunca cambiará y me molesta que pueda besarme tan fácilmente y luego besar a otro chico al día siguiente. Ella rompe el beso y me mira directamente a los ojos. Puedo ver la culpa y la tristeza en sus grandes ojos, pero no puedo enamorarme de su estúpido juego.

Casi me enamoro de ello.

—¡Awww, chicos, son tan lindos! —Nuvia aplaude.

—Tengo que irme —Digo mirando a Nuvia, sin importar la presencia de los dos tortolitos frente a mí. Le beso la mejilla y les doy la espalda. No quiero ver su cara. Fue un error, ella y yo fuimos un error, nunca debió haber pasado en primer lugar.

—¡No llegues tarde a la fiesta! ¡Te llamaré! —Nuvia exclama cuando doy unos pasos. Levanto los brazos para demostrar que la escuché y sigo caminando.

Y luego, Abril me llama. —¡Rivers, espera!

—No estoy de humor, Garza.

Solo quiero estar lejos de ella. No puedo creer que estuviera emocionada de ver a esa idiota hace diez minutos. Suspiro cuando ella corre frente a mí.

—¡No es lo que piensas! ¡Puedo explicarlo! —Abril dice con firmeza.

—Déjame en paz.

Ella me mira fijamente, sin saber qué decir y se pellizca los labios. Ella abre la boca para replicar con algo, pero no sale nada. Dejé salir un gemido frustrante y la empujé.

—Nos están viendo —ella comienza suavemente y me mira con culpa en los ojos—. No era mi intención...

—No me importa —la corté—. No me importa si te estás follando a todo el mundo. No me importa si lo sientes. No me importa si no lo dijiste en serio. Simplemente no me importan tus sentimientos.

Algunas personas jadean por mis duras palabras, pero estoy demasiado ocupada para enojarme con ella. Probablemente no lo sepa, pero hirió mis sentimientos. Esta mañana, estaba feliz de estar con ella y casi digo algo de lo que me arrepentiría por el resto de mi vida. Sus ojos se oscurecen y frunce el ceño.

—Dime que eso no es cierto, Samantha. O yo... —ella me amenaza.

La corté, de nuevo.

—¿O qué? ¿Me vas a dar un puñetazo? Te reto —la provoco mirando su cara, convirtiéndose lentamente en locura.

Un segundo más tarde, su puño choca contra mi cara.

Un segundo más tarde, su puño choca contra mi cara

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HER | ᴿᴵⱽᴬᴿᴵDonde viven las historias. Descúbrelo ahora