Samantha Rivera odia a Abril Garza.
Abril Garza odia a Samantha Rivera.
Un desafortunado evento llamado Victoria obliga a ambas chicas a estar en la misma habitación por las noches. ¿Qué podría salir mal?
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Sabía que Rivers no era la chica más inteligente, pero desearía que al menos no fuera tonta. Bueno, me equivoqué. Ella es la persona más tonta del mundo por estar tan ciega respecto a los sentimientos de Ari por ella.
Tengo que hacer algo. No puedo soportarlo, es demasiado triste para mí ver a Ari tan... tan herida. Ella está allí de pie, mirando a Rivers con lágrimas en sus ojos. ¡Voy a patearle el culo a Rivera por esto! Con llamas en los ojos, corro hacia Nuvia, que está tranquilamente sentada al lado del bar con una copa de vino en las manos. Cuando estoy frente a ella, me da una sonrisa inocente.
—¿De qué hablaron? —Me pregunta refiriéndose a la conversación entre Ari y yo.
Me encojo de hombros y mis ojos caen sobre su copa.
—¿Puedo tomarla? —Le pregunto.
Ella me mira fijamente, un poco confundida, pero me deja su bebida. Sonrío y me doy la vuelta. Rivers va a pagar por esto. Ella es mi mejor amiga, pero Ari también lo es. Y no tengo miedo de derramar vino sobre la rubia. Obviamente se enojará pero le diré por qué lo hice. Estoy deseando ver su reacción.
Doy un suspiro profundo y bebo un sorbo del vino antes de reunirme con la nueva pareja. Rivers sigue sonriendo como una tonta y me está empezando a molestar. Esa imbécil necesita una lección. Llego delante de las dos chicas, pero están demasiado concentradas en su propio mundo que no se dieron cuenta de mí. Lista para luchar, levanto el brazo, pero alguien me aleja de Rivers.
—¡Oye qu-! —Me quejo, pero cierro rápidamente la boca cuando veo los ojos entrecerrados de Ari mirándome fijamente.
—¡No! —ella me amenaza.
Abro los ojos y bajo el brazo. Trago saliva y frunzo el ceño. La estoy defendiendo, pero no parece estar contenta con ello.
—¡Vicky! ¿Dónde estuviste? Te he estado buscando por diez minutos seguidos —me dice Rivers con una sonrisa inocente.
Ari no la mira, ni una sola vez. En cambio, sus cálidos ojos marrones se aferran a los míos y su agarre se aprieta.
—Parece que encontraste algo de compañía —Digo mirando a la chica que sostiene a Rivers como si de un peluche se tratara.
La desconocida chica se ríe y me da una sonrisa descarada.
—Riveeers, ¿quiénes son?
No pueden ver la cara de Ari porque está frente a mí. No pueden ver sus lágrimas. No pueden ver su dolor y verla así me entristece aún más. Aprieto la mandíbula y miro a Samantha. Parece incómoda, como si no quisiera responder a la simple pregunta de la chica.
—Em... Bueno, ella es Vicky, mi mejor amiga. Y, emm... —dice Rivers.
Ari me abrazó con sus pequeños brazos. Me sorprendí por su repentino abrazo. Su cabeza se esconde en mi cuello y puedo adivinar por qué lo hace. No quiere que vean sus lágrimas.
—¿Está bien? —pregunta la chica castaña y da un paso hacia Ari.
Me estremezco al ver que se acerca a nosotras. Dejo salir una risa nerviosa y les sonreí.
—¡Ella es tímida con gente extraña!
Rivers frunce el ceño y mira a Ari, todavía abrazándome.
—No, no lo es.
—Sí, ella lo es —alguien responde y giro la cabeza para ver a Nuvia—. Hola, creo que aún no tengo el placer de conocerte. Soy Millaray. La amiga de Samantha —sigue mirando a la chica con pecas.
—Rocio, encantada de conocerte.
Miro fijamente a la mayor, preguntándome qué está haciendo aquí. Nuvia sintió mis ojos en ella porque me mira y me da una cálida sonrisa.
—Ojalá pudiéramos hablar más, pero parece que mi novia está un poco enferma. Deberíamos irnos —dice Nuvia y apunta a Ari con su dedo.
¿Acaba de reclamar a Ari como su novia? Estoy sin palabras, no tan sin palabras como Rivers. La chica parece perdida.
—¡Qué lindo! ¡Las dos hacen una linda pareja! —sonríe Rocio y abraza a Rivers por segunda vez, pero la rubia sigue congelada.
—Que tengan una buena noche —Les digo y me doy la vuelta.
Nuvia acaricia la espalda de Ari mientras yo pongo mi brazo alrededor de sus hombros. Salimos del club sin mirar a la pareja.
—Gracias Nuv... —susurra Ari y sube al coche.
—¿Qué pasó? Las vi un poco incómodas y creí que era el momento oportuno para aparecer —informa la linda chica de mechas rosadas.
—Ari está enamorada de Rivers —lo declaro.
Puedo sentir los ojos de Ari sobre mí, pero luego suelta un suspiro de alivio.
—Woah. ¡No lo vi venir! Pensé que ustedes dos se odiaban , ¿verdad? Eso es tan random... ¡Me encanta! Quiero saber todos los detalles. ¿De dónde salieron esos sentimientos? —pregunta Nuvia, emocionada.
—Desde el escape room —ella responde mirando sus manos.
La miro y aprieta los labios, con un ligero rubor marcado en sus mejillas. Sonrío ante la vista. Ahora parece vulnerable cuando se trata de Rivers y sentí que mi corazón se derritía.
Todo lo que podía recordar del escape room es que Félix y yo éramos demasiado cobardes como para ir por Ari cuando la perdimos al salir. Rivers fue quien la buscó y regresaron con una mirada ilegible. En ese momento no tenía ni idea de una posible historia de amor entre esas dos, pero ahora que lo pienso. ¡Algo debe haber pasado en la casa del terror!
—Yo no estaba allí. —menciona Nuvia.
—Me perdí y Rivers fue la que me encontró. Estaba asustada, y... lloré porque pensé que nadie iría y me sacaría de ahí. Pero... ella vino y... sentí algo con solo al verla.
—Eso es muy lindo —añado.
—¡Qué gran ship! —Nuvia grita y me rio.
Ari nos da un puñetazo en cada uno de nuestros brazos derechos y luego esconde su cara totalmente roja. No sé qué hizo Rivers exactamente, pero me alegro de que Ari sea tan tierna al pensar en el amor.
—Por favor, no le digan nada... Ella tiene novia y...
—No lo haremos —dice, Nuvia y yo asentimos al mismo tiempo.
Pensé que encerrarlas en una habitación por una semana las haría resolver sus diferencias. Pero hacer que se enamoren es aún mejor.
Soy una puta genia.
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