SAMANTHA'S POV
No puedo dormir.
Dar la vuelta durante los últimos treinta minutos una y otra vez me frustró. La parálisis del sueño es bastante frecuente para mí, ya que tengo exámenes la semana que viene. Cada pequeña cosa me está pareciendo estresante y no sé cómo detenerlo. Sé que le gusto mucho a Félix, y parece ser un buen tipo. Pero, cuando él está cerca, no me siento del todo cómoda.
No puedo ser completamente yo misma con él.
¿Por qué no puedo?
Un olfato suave sale de la nada. Frunzo el ceño y abro los ojos. No puedo ver la habitación tan bien debido a la oscuridad, pero puedo ver la forma de los alrededores.
—¿Ari? —Pregunto, con la esperanza de que todavía esté despierta.
Sigue otro olfateo y giro mi cuerpo para mirar hacia ella. Rápidamente se pone las manos en la cara, aunque ya vi sus lágrimas. Según sus ojos hinchados, ha estado llorando durante los últimos diez minutos. Sus dos mejillas están enrojecidas y no pude evitar sentirme avergonzada al ver esto.
Apuesto a que quiere mantener una imagen fresca y feroz de sí misma. Yo no debería estar aquí. Cuando estoy llorando, quiero estar sola, así que tal vez ella quiera que me vaya.
—¿Quieres que me vaya? —Le pregunto.
Ella no contestó y sigue ocultándome su cara. Me pellizqué los labios y cuando estaba a punto de levantarme, una mano suave me agarró la muñeca.
—No, no, está bien. Puedes quedarte —ella responde en un tono perezoso.
Asiento con la cabeza y deslizo mi cuerpo debajo de las sábanas calientes de nuestra cama.
—¿Rivera? —me susurra.
Estoy tarareando en respuesta. Parece que el alcohol la está empujando a hacer cosas que no habría hecho estando sobria. Por ejemplo, entablar una conversación conmigo y abrazarme el segundo más tarde. Ella no tiene camiseta puesta, y si estuviera sobria, habría hecho un escándalo porque vi su sujetador.
—¿Dónde está mi camisa? No, esa no es la pregunta correcta. En primer lugar, ¿por qué estoy sin camisa?
—Te la quitaste porque dijiste que hacía demasiado calor, tonta.
—Oh, está bien —me dice sin un toque de sarcasmo en su voz.
Le giro la cabeza y frunzo el ceño. Se limpia las lágrimas de las mejillas y me mira con una mirada confusa. Por lo general, es muy grosera.
Entonces, ¿por qué ella es... dulce conmigo?
—¿Estás bien? —Pregunto.
—Todavía quiero que me follen, pero aparte de eso, todo está bien.
Ella suspira y mira al techo, preguntándose algo. Aunque nos conocemos desde el jardín de infancia, Abril no es un libro abierto. Cuando éramos pequeñas, ella era feroz e impredecible. No me imaginaba que robaría mi bolígrafo favorito hasta que lo vi en su mano.
Sin su sonrisa diabólica, admitiría que tiene una carita linda.
—¿Soy una mala persona? —me pregunta, con sus ojos fijos en el techo.
—Oh, sí.
Abril se levanta y se vuelve hacia mí. No tuve tiempo de reaccionar hasta que la tuve a horcajadas encima de mí. Al menos, no cambió. Ella sigue siendo impredecible y feroz. Trago mi propia saliva y planto mis ojos en los suyos.
—Aléjate de mí, Abdamari.
Ella sonríe. Y créanme, no es una sonrisa inocente. Puedo ver la maldad en sus labios regordetes. Ella quiere jugar conmigo, pero no voy a ser su próximo juguete.
—Tienes unos ojos bonitos. Es un desperdicio no mirarlos fijamente —felicita.
Siento que me arden las mejillas. No puedo creer que esta idiota tenga efectos en mí. Me pellizco los labios para evitar gemir cuando ella se empujó en la parte más privada que tengo.
Mientras nos miramos, en el fondo, se están empezando a escuchar gotas de lluvia.
—Detent-- —Trato de regañarla, pero se mueve un poco y así toca mi feminidad.
Un gemido bajo escapa de mis labios inconscientemente y ensancho los ojos ante el repentino sonido mío. No sabía que podía hacer este tipo de sonido. Los ojos de Abril se iluminan justo después y una gran sonrisa aparece en su cara.
—¿Te gusta eso? —Ella se ríe.
-N— Oh, joder, sí.
Ella se frota contra mí con ligeros golpes y el tacto de su piel está empezando a volverme loca. Dejé salir un pequeño gemido y cerré los ojos con total felicidad. La sensación que me está haciendo sentir es extraña para mí, su cuerpo rozando el mío es innegablemente agradable.
No sé qué me está haciendo, pero tengo ganas de más. Nuestra área íntima moviéndose en sincronía es demasiado satisfactorio... Siento que debería ser culpable por dejarla hacer esos movimientos conmigo, pero se siente tan bien ahora mismo.
No quiero que se detenga.
La sensación de agobiarme es como un rasguño constante. La picazón no quiere desaparecer, pero quiero hacerlo porque se siente bien, muy bien.
—Déjame... oh, joder —dice ella y comienza a empujar más fuerte contra mí.
La miro a los ojos y me doy cuenta de que su expresión cambió. Sus ojos marrones se oscurecen y no tiene esa sonrisa traviesa en sus labios. Nuestra respiración se vuelve cada vez más pesada. Me quedo sin aliento cuando siento humedad a través de sus bragas. Ella se quitó la ropa hace una hora para estar en ropa interior y yo solo estoy con una camiseta larga.
—No... No te detengas —lo digo sin pensar.
Hay algo dentro de mi estómago. Mi mitad inferior está a punto de explotar y no puedo esperar a que suceda. Se aprieta a medida que ella se mueve más, hasta que un intenso momento de placer vibra en cada parte de mi cuerpo. Sin aliento, gemimos al unísono y ella cae a mi lado.
—Joder —gemimos al mismo tiempo, mirando el techo.
nomás porque yo también me emocioné con ustedesss😘.
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HER | ᴿᴵⱽᴬᴿᴵ
FanfictionSamantha Rivera odia a Abril Garza. Abril Garza odia a Samantha Rivera. Un desafortunado evento llamado Victoria obliga a ambas chicas a estar en la misma habitación por las noches. ¿Qué podría salir mal? •El contenido que se leerá a continuación no...