Samantha Rivera odia a Abril Garza.
Abril Garza odia a Samantha Rivera.
Un desafortunado evento llamado Victoria obliga a ambas chicas a estar en la misma habitación por las noches. ¿Qué podría salir mal?
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En la mañana, la cara de Nuvia salió de la nada y no se veía muy bien. Su cabello largo y rosado estaba desordenado y su delineado se había corrido a lo largo de sus mejillas. Anoche bebió demasiada cerveza y olvidó quitarse el maquillaje.
Parecía payaso, en realidad dio risa.
Obviamente, le dije que parecía que había sido protagonista de la película de It y recibí un puñetazo en el brazo justo después. Ahora es bastante gracioso decir que ella solía ser mi amor platónico, la que pensé que era la definición de perfección y elegancia.
He descubierto que a esa chica le encanta jugar videojuegos y estar echada en su cama todo el día. También que hace chistes terribles y que se disocia cuando come alitas de pollo.
No puedo creer que esa insensata pudo ser la chica de mis sueños.
—Riveeers, tengo hambre —Nuvia me dice.
Giro los ojos desde la espalda de Ari y miro a la loca obsesionada con Candy Crush.
—Pues cómete las uñas —Respondo mientras ella pone los ojos en blanco.
—Es todo por hoy, jóvenes. Que tengan unas buenas vacaciones —dice el profesor mientras todos se ponen de pie para empacar sus cosas.
Miro hacia arriba para ver a Ari guardando un libro en su bolso. Ella parece estar lejos últimamente y no puedo siquiera tocarla. Nuvia y Vicky no me dicen por qué. Tengo la sensación de que algo está pasando y siento que soy la única que no sabe qué es.
Suspiro mientras me levanto de mi silla y procedo a salir del lugar con Nuvia justo a mi lado. Me detuve cuando vi a Rocio, de pie en el pasillo buscando a alguien. Después de unos segundos, sus ojos caen sobre mí, lo que la hace sonreír mientras que yo sólo fruncí el ceño.
¿Qué está haciendo aquí? ¡Le dije que mis clases terminaban a las seis y ni siquiera son las cinco! Camino hacia ella y me cruzo de brazos.
—Te dije que te quedaras en casa —suspiro.
Se encoge de hombros e intensifica su sonrisa.
—No seas grosera o le digo a tu mamá —ella me amenaza, haciendo que jadee y ensanche los ojos.
—Eres taan malvada... —La miro, rodando los ojos.
—Así me amas —ella me guiña un ojo y me toma del brazo para envolverlo con el suyo.
Pongo los ojos en blanco y mi mirada recae en cierto trío: Vicky, Nuvia y Abril. Mierda. Trago fuerte y me muerdo los labios mientras que, de la nada, me siento demasiado ansiosa.
—¡Ari! —exclamó Rocío mientras abrazaba con fuerza a la rubia.
Abril no esperaba eso. Me mira fijamente con los ojos bien abiertos en estado de shock mientras mi prima la abalanza de un lado a otro. Una confusión brilla claramente en sus ojos mientras sonrío ante la vista. Esperaba que reconociera a la niña con la que jugaba a las muñecas todos los domingos durante todo el verano.
—Ari, ella es Rocio, mi prima. Ustedes dos jugaron con Barbies y esas mierdas todo el verano.
Vicky de repente jadea en estado de shock y mira directamente a Nuvia, lo que la hace jadear también. Fruncí el ceño ante su extraña actitud y dirigo mi atención a mi prima y a Ari.
—¿¡Es tu prima!? —preguntó Nuvia abruptamente, como si no hubiera escuchado mis últimas palabras.
Rocio aflojó su agarre sobre Ari y miró a las chicas con una sonrisa juguetona. —Sí, ¿por? ¿creyeron que estábamos saliendo?
—Eso sería asqueroso —Bromeo y Rocio me golpea el brazo haciendo que gima ligeramente.
Vicky se ríe fuerte, lo que es doloroso de escuchar mientras Nuvia la mira fijamente y Ari se muerde los labios. Enarqué la ceja cuando me di cuenta.
Todas pensaron que estaba saliendo con Rocio.
¡Eww!
¡Nunca, en mi vida, habría salido con ella, es menor de edad y también me provoca jaqueca! Me asusto y alejo a Rocio de mí como si fuera algún tipo de bacteria.
—Eres la reina del drama. —Mi prima pone los ojos en blanco.
—¿Tú y yo... saliendo? Eso es... ugh, prefiero salir con un pez que contigo.
—Los peces son lindos. Merecen amor —reporta Vicky con una mirada fulminante.
Pongo los ojos en blanco y miro a mi prima.
—De igual forma, ¿qué estás haciendo tú aquí?
—Visito a la chica de la que has estado enamorada desde siempre —dice como si fuera algo obvio.
Ensancho los ojos y miro a Vicky con miedo. Ella hizo lo mismo y estoy bastante segura de que estamos pensando en lo mismo. ¡Rocio todavía piensa que estoy enamorada de Nuvia! Por lo que recuerdo, le dije cuando fui a México de vacaciones que una chica de mi escuela tenía los ojos más hermosos de la tierra y la sonrisa más dulce que podía iluminar el sol. Gracias a Dios, en ese momento, no sabía el nombre de Nuvia.
—Oh... eso —Me muerdo los labios y miro hacia otro lado, pero luego mis ojos encuentran a otros bastante conocidos.
Ari tiene unos ojos tan bonitos...
—¿Quién es? —Me pregunta Rocio.
Ari señala a Nuvia antes de decir —Está justo aquí.
Está rotundamente equivocada.
Sí, estuve muy enamorada de Nuvia, es algo que no negaré, pero las cosas han cambiado. Mis sentimientos por ella no son nada comparado con lo que siento por Abril. Esa chica vive en mi cabeza a todas horas, todo el día y no sabe que con su suave voz ahora tiene el mandato de mi corazón. ¿Ya dije que estoy obsesionada con su hermosa sonrisa y sus enormes ojos? En los últimos meses, sin saber cómo, nos volvimos cada vez más cercanas, hasta que me enamoré de ella, primero lentamente y luego todo a la vez.
—No —respondo y doy un paso adelante hasta que su rostro quedó a escasos centímetros del mío. Sonrío a quien fue la ladrona de mi bolígrafo amarillo, haciendo que inclinara la cabeza.
Apunto con la punta del dedo a la curva de su cuello y prosigo sin un poco de arrepentimiento
—Está justo aquí.
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