El frío contacto con el concreto hizo que despertara de un sobresalto, mirando a mi alrededor. Estaba tendida en la esquina de una celda con una terrible iluminación y dolor en el cuello.
— Ah, ya despertaste — la voz se escuchó vagamente familiar — Pensé que habías muerto — Alexander Pierce salió de la sombra y se acercó a mi celda
— ¿Pierce...? Usted...
— Admito que me sorprendió mucho cuando descubrí tu pequeña aventura
— ¿Qué... de que habla? — el soldado salió detrás de Pierce — Barnes — me levanté tan rápido como pude y me acerque a los barrotes de acero — Barnes por favor sácame de aquí — supliqué, pero él lanzo su brazo de metal contra mi cuello haciendo fuerza alrededor de él — Barnes... — mi voz sonó carrasposa y jadeante. Se me dificultaba hablar por la falta de oxígeno mientras él hacia más fuerza haciendo que me ahogara.
— Es suficiente, suéltala — ordenó Pierce
Respire pesadamente al caer al suelo después de que me soltara con una brusquedad inecesaria que tuve que apoyarme con una mano mientras la otra sostenía mi cuello. Cuando levanté mi mirada incrédula para verlo, noté que sus ojos estaban tan perdidos como la noche en la que lo conocí.
— Él ya no te recuerda Lyra, no lo intentes — hablaba con tanta superioridad que empalagaba — Espero no te aburras mucho.
Acariciando mi cuello empecé a llorar tendida en el suelo una vez se fueron. Estaba aterrada. ¿Por qué lo había hecho? Él no era agresivo, o al menos no conmigo... Pudo matarme sin siquiera inmutarse... Ya no me reconocía.
No sé por cuantas horas dormí. Tampoco sabía si era de día o de noche, estaba completamente perdida, pero no sola. Dos guardias vigilaban mi celda y una puerta de alta seguridad más adelante. Si escapaba se activaría una alarma y como no conocía el sitio a donde me llevaron no sabría por dónde escapar. Estaba atrapada. No podía hacer mucho, y solo rezaba por que estuvieran buscándome. Con suerte, Bailey habría ladrado, Sídney lo encontraría solo y llamarían a la policía... espero.
Barnes irrumpió de repente por la puerta, exigiendo que me llevaran ante Pierce. Su mirada seguía perdida, y su trato, igual de frío e indiferente. Me dolía en lo más profundo que, después de todo lo que había hecho por él, justo cuando empezaba a confiar en mí, ahora pareciera no recordarme. Era como si le hubieran lavado el cerebro, como si nunca nos hubiéramos conocido, como si no lo hubiera curado o como si nunca me hubiera salvado. Como si jamás me hubiera llamado "linda"... o me hubiera tomado de la mano. Todo lo que compartimos era ahora invisible para él. Invisible para esos hermosos ojos que, hace solo unos meses, me miraron en el jardín.
— ¿Qué sabes de la muerte de Fury? — interrogó Pierce cuando me llevaron ante él.
— Yo no sé nada — le espeté.
— Mentira... sabes más de lo que aparentas. Rogers te dijo algo.
— Steve no lo asesinó.
— ¿Cómo estás tan segura?
— Él sería incapaz. No es un bastardo idiota y traidor como usted — Pierce se acercó a mi, inclinandose para quedar más cerca de mi rostro.
De no ser por la silla a la que me tenían atada ya le hubiese apartado de un puño la cara.
— ¿Qué sabes del Emurian Star? — me fulminaba con la mirada.
De verdad estaba deseperado por información.
— Solo acompañé a Natasha en esa misión.
— ¿Qué obtuvieron? — fruncí los labios — ¡Respóndeme! — me dió una bofetada, pero me mantuve en silencio — No vas a hablar, estoy seguro... — si quería sacarme información debería matarme, pero eso tampoco le convenía. Me necesitaba con vida — Asegúrate de no hacer estorbo, te encontraremos un trabajo. Mientras, estarás en la celda.
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OUT OF PLANS || Winter Soldier - Bucky Barnes
RomanceEl Soldado del Invierno fue enviado a una misión que lo deja malherido por una herida de bala. En el afán de conseguir asesoramiento médico llega al jardín de la casa del millonario Tony Stark en donde queda inconsciente por la falta de sangre. Par...