La guarda espalda.

cap.19

Capítulo 19.
"La propuesta"

Club Dinastía
Narra Lauren.

El reloj marcaba las cinco de la mañana, no había podido dormir pensando en Camila y en mi hijo.

Había estado considerando el asunto de ser scort pero simplemente no podía aceptarlo.

—Deberías dormir—

Apareció una mujer alta de porte elegante, creo que era la de la última vez. Danna según recordaba

—Sabes tarde o temprano te vas a aburrir de servir tragos, además puedo notar que quieres irte así que deberías ser scort—

—No me veo de esa forma, vendiendo mi cuerpo.. Además tengo a alguien a quien no le quiero fallar—

La chica se acercó, en su mano tenía un cigarrillo. —Eres nueva eh ingenua pero si dices que tienes a alguien fuera deberías empezar a actuar, el tiempo no se detiene—

Era verdad, el tiempo no se detenía. No estaba segura de que Camila estuviera bien.

—Piénsalo, ser scort no es tan malo después de todo. Hay sexo de por medio y nos pagan por eso además debes crear un personaje y eso genera el doble de ingresos—

Note en el cuello de la chica varias marcas. —Cada marca cuesta mil dólares, es buen negocio después de todo— sonrió —Iré a dormir, suerte en tu presentación—

Quería preguntar ¿cual presentacion? pero ella se había marchado.?

Regrese a la que era mi habitación, se sentía extraño no poder hablar o ver a Camila.

Ser scort implicaba muchas cosas, pero no estaba segura si podría soportarlo más aún si no era camila a quien tocaba.

Cerré mis ojos un momento tratando de imaginar su bella figura, con sus cabello suelto y su linda sonrisa angelical. Su bello trasero y sus labios delgados.

—¡Lauren!—

De mis pensamientos fui sacada. Me levante de la cama y abrí la puerta.

Era la doctora, Ally.

—Convencí a Alma de que te permitiera hacer una llamada— me entrego un celular —Solo tienes una llamada así que aprovéchala—

—¿Porqué haces esto por mi?—

—Porqué se cuando una mujer esta enamorada y tú lo estás—

Agradeci, pensé detenidamente a quien llamar pues sabía que no sería tan sencillo.
Si llamaba a Camila se corría un riesgo, también si llamaba a su amiga.

Solo tenía dos opciones.
Llamar a mi hermana o llamar a Elena.

Elena era mi última opción pues sabía que me podría ayudar, sabiendo que se revocaba con un futuro candidato presidencial.

Así que hice lo más tonto qué imagine.
Llame a Dinah, la amiga de Camila.

—¿Si?—