La guarda espalda.

Cap.16

Capítulo 16.
"Te necesito"

Narra Lauren.

Desperté por la luz del sol entrando por la celda. Esta frío y siento mi cuerpo lleno de dolor.

El dolor de mi estómago era evidente, no había comido nada desde la paliza que me dieron los hombres de Alejandro.
Si Alejandro, ya no sentía respeto por el.

—Lauren—

Era mi hermanastra, Dayana.
Escuchar su voz me hacía sentir esperanza.

—Lauren ¿que te paso?— me acerque lentamente a los barrotes, me dolía todo mi cuerpo. —Joder hermana, tienes el ojo morado ¿que paso?—

—Alejandro.. su castigo a sido dejarme sin comer y esta golpiza— trate de sonreír —Pero debo ser fuerte por ella..—

—Te sacaré de aquí hoy mismo de ser necesario, tendré que hacer varias llamadas pero no pienso dejarte ni un día más aquí—

—No quiero que te metas en problemas por mi culpa—

A decir verdad mi hermastra era muy importante, tenía muchos reconocimientos y muchas influencias también. En su trabajo era destacada y yo no quería que se expusiera por mí.

—Lauren cuando tú padre nos presentó fuiste tú la primera en acogerme.. me hiciste sentir bien apesar de los conflictos que tuviste, así que deja de decir tonterías—

—Solo no te metas en problemas, yo puedo aguantar—

Ella negó, se sacó un paquete de galletas del bolsillo y me lo entregó. Era un tanto vergonzoso pero tenía mucha hambre.

—Por cierto tú querida mujercita vendrá a verte, no debe tardar y yo eh conseguido al menos veinte minutos para que estén juntas—

Sentí que mi corazón salto de alegría al escuchar que vendría. Pero tenía miedo de que se dieran cuenta y la apartaran de mí.

—Tratare de traerte algo de beber y algo más de comida, por cierto no te preocupes que tengo todo planeado—

Dayana salió un momento.
Me acerque al lavamanos y comencé a limpiar los restos de sangre que tenia mi piel. Me dolía demasido el abdomen y note una herida poco profunda.

Me sentía cansada pero al saber que vendría Camila tenía que ser fuerte.

...

Minutos después.

Dayana me había dado desayuno, había conseguido ropa limpia para mi y además la atención médica. Ninguno de los guardias se había opuesto pues no se que trato tenía con jefe de policía que logró conseguir todo en pocos minutos.

Vi entrar a dos mujeres, una alta y una más baja.

—Te espero aquí para que tengas un poco de privacidad—

Se acercó a mi la más baja, pude notar enseguida que era Camila.

—Tienes veinte minutos. Mientras haré unas llamadas—

Mi hermanastra abrió la celda y la dejó entrar.

—¡Lauren!— salto sobre mi cuerpo. De inmediato tambalee, me sentía débil era normal.

Pero tenerla cerca me daba la energía, la fuerza que yo necesitaba.

—Te extrañe— susurre y la besé..