Cap 32.

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Capítulo 32
"Acelerados"

Narra Camila.

El tiempo es relativo, pasa como si nada y solo quedan recuerdos.

Hace un par de meses Lauren me había propuesto matrimonio, ahora estamos a casi nada de ser una pareja felizmente casadas.

Yo quería Casarme después del embarazo pero Lauren insistió en que me vería hermosa con vestido blanco y mu gran panza.

Estaba loca eso era obvio.
Parecía una bolsa de patatas con pies.

¿Segura que me veo bien?— pregunte a Dayana, quien se había vuelto una gran amiga.

Te vez muy hermosa, además esa pancita se te ve preciosa—

Seguramente me lo decia por quedar bien. —¿Crees que le guste a Lauren?—

Eso es obvio, mi hermana esta loca por ti—

—¿ sabes como se vestirá ella?—

Tenía mis dudas de como se vestiría Lauren para este gran día. Me hacía sentir muy deseosa de verla.

Pues no me quizo comentar, menos que viera su ropa así que estamos a la expectativa—

Me sentía ansiosa.
Necesitaba verla

Mamá es hora, vamos—
Mire a mi pequeña y se veía hermosa en un pequeño traje color blanco, resaltaba el color de sus ojos.

Vamos
No podía evitarlo, me sentía muy nerviosa.

Narra Lauren

El día que había estado esperando por fin había llegado.

Me sentía muy feliz, frente a los pocos invitados que teníamos estaba muy ansiosa.

—Lauren deja de mover tus manos, se nota que estás ansiosa—

Escuche la voz de Dinah.
Ella era algo así cómo una "amiga"

—Estoy ansiosa, quiero ver a mi mujer— susurre

Escuche la melodía Perfect, mi corazón comenzó a palpitar de la emoción. Trate de calmarme pues vería a Camila.

—Mi momento a llegado al fin—
Susurre para mi misma.

Ahí estaba ella, caminando hacia mi. Se veía preciosa, sus labios rosa natural, su cabello en un moño, su hermosa pancita y esa maldita sonrisa que tanto amaba.

Podía escuchar los latidos de mi corazón, mis manos comenzaron a sudar.

Respire profundamente intentando no estallar en llanto.

Narrador Omnisciente.

Lauren irradiaba una sonrisa hermosa, llena de dulzura. Su bello traje oscuro resaltaba el color de su piel porcelana, su cabello se desplomaba por la espalda y sus ojos más brillantes que nunca.

Al tener frente a ella al amor de su vida, exclamó delante de todos "Ni la vida misma me alcanzará para demostrarte cuanto te amo"

El cura frente a ambas empezó con el discurso nupcial. Se tomaron de las manos mientras escuchaba un pequeño relato.

Ambas trataban de disimular su alegría, ambas trataban de no llorar, pero era bien sabido por los pocos invitados que su amor había sido prueba de mucho.

La guarda espalda. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora