La guarda espalda.

Cap.18

Capítulo 18.
"Decisiones"

Mansión Cabello
48 horas después.

Narra Alejandro.

—¿Donde esta Camila?— pregunte a mis empleados

—La srta. Se rehúsa a comer—

Camila era terca, muy terca tanto como su madre. No quería castigarla de esa forma pero de una manera u otra debía entender que su futuro no estaba junto a Jauregui.

—Hija— quite seguro a la puerta y la encontré en su cama llorando. Me partía el corazón verla tan triste —Cariño tienes que comer, es por tú bien—

No obtuve ninguna respuesta, simplemente escuchaba su llanto.

—Camila cariño tienes que comer algo, de lo contrario perderás peso y podría ser dañino para tu salud—

—Te da igual si muero o no.. total me has alejado de Lauren, no entiendo que quieres ahora—

No recuerdo alguna vez en que la haya visto tan triste como ahora.

—Lo que hago es por tu bien, no seas tan dura conmigo—

—Me alejaste de la mujer que amo, me has alejado de mí felicidad, no conforme con ello la golpeaste, la has mandado a no se donde y pretendes que no sea dura contigo..—

Se levantó de la cama, la note pálida y con ojeras en sus ojos.

—Si comes tus tiempos te diré donde esta ella—

—Lo que yo quiero es estar con ella ¿entiendes eso?—

—Verónica traerá tu desayuno aquí, luego hablaremos de Jauregui—

Salí de la habitación, no cerré.
Una parte de mi odiaba el hecho de verla triste pero también sabía que Jauregui la haría infeliz.

Ordene que se asegurarán de que comiera, estaba pálida y no era bueno. Trabajaría en casa por unos días para estar al pendiente.

[...]

Club Dinastía.

Narra Lauren.

Dos días desde que me separaron de Camila.

Dos días sin verla, sin besarla, sin tocarla. Dos días sin ella se me hacían eternos.

Había descansado un poco nada más, no me sentía segura en donde me encontraba y apesar de qué la mayoría de personas que había visto eran mujeres, sentía que todas me miraban como un objeto sexual.

—Lauren, la jefa quiere verte—

Era la chica bajita, la doctora que me había curado mis heridas.

—¿tú sabes para que?—

—Te hará una entrevista, te deseo suerte—

Una entrevista ¿de que iba todo esto?
Camine por unos pasillos muy elegantes, el lugar era desente parecía una especie de mansión.

Entre a una habitación muy amplia en tonos color rojo sangre.

—¿Ya te sientes mejor?—

Asenti.

—Lauren es hora de hablar de negocios, aun no sabes de qué va esto pero me gustaría contarte que Alejandro quien te vendió a mi, te quiere lejos de su hija—