La guarda espalda.

Cap.22

Capítulo 22.
"Pagando deudas"

24 horas después.
Narra Lauren.

Mire al reloj, daban las seis de la tarde. Mis ojos me ardían de tanto llorar, no había comido mucho porque me sentía triste.

Me hice una cola de caballo, me coloque un traje color blanco y un rolex, un poco de perfume y estaba lista.

Alma había dicho que le daría placer a dos mujeres a la misma vez, sinceramente no tenía ni la menor intención de hacerlo. No había dormido bien, no me sentía bien, tenía ascos y un poco de jaqueca.

Salí un momento de la habitación, quería un trago. Llegué a la barra y varias mujeres ya estaban ahí conversando como si nada.

—Algo con mucho alcohol porfavor— Pedí

—¿Lauren?—

Gire mi vista y era Elena.

—Lauren eres tú ¿que haces en este lugar?— corrió y me abrazo —Pensé que te había pasado algo malo, ya no contestaste mis llamadas—

Elena.
No quería ser mal educada pero a ella era la persona que menos quería ver.

—Aquí tienes— me sirvieron mi trago y trate disimuladamente de apartarme

—Lauren ¿Estas bien?— me pregunto —Por tu carita se que has llorado mucho ¿que sucedió?—

—Nada y esto no tiene que ver contigo, deberías estar en casa descansado por lo del embarazo—

Mi mal humor salio a flote, tomé mi trago de golpe.

—Solo estoy preocupada, escuche qué Alejandro caso a su hija con alguien de familia rica... ¿sabias eso?—

Alejandro.. siempre el estaba detrás de todo eso.

—¡Lauren!—

Alguien me había abrazado por detrás, a juzgar por el perfume que usaba era Ariel.

Me giré y la mire fijamente, esta vez vestía algo muy escotado del pecho. Un vestido en color azul.

—Venga tenemos que hablar— me tomó de la mano y me alejo de la barra. Me importaba poco estar con alguien esa noche.

—¿A donde me llevas? Aun no recibo instrucciones— comenté

Me llevo hasta donde estaba Alma. —Lauren recuerdas lo que dije, bueno Ariel pago el doble así que toda la noche estarás con ella—

Había pagado el doble de lo que las mujeres. Significaba que mi deuda estaba cancelada al fin.

Para poder irme solo tenía que pasar toda la noche con Ariel.

—Entiendo, haré lo que mi clienta pida— sonreí amargamente, sabiendo que estaba vendiendo mi cuerpo al mejor postor.

—Vamos—

Ariel era dulce pero muy decidida. Me llevó a la habitación, al parecer ella ya sabía a cuál.

Me detuve un momento a ver su cuerpo, era atractiva pero no era Camila.

—Estas muy callada hoy ¿que sucede? ¿Querías estar con las dos mujeres?—

No lo arruines Lauren.
Me repetí internamente, sabiendo que si ella se iba insatisfecha, perdería el dinero que se había invertido.