La guarda espalda.

Cap.27

Capítulo 27
"Deuda pagada, libertad recibida"

Los años habían transcurrido lentamente, jamás nadie se entero de que seguía con vida. Durante diez largos años nadie me visito en prisión, mis días se volvieron oscuros sin saber si mi amada camila logor sobrevivir o no.

Al mirarme al espejo podía reflejarse el peso de los años. Treinta y nueve años ya, seguramente si mi Camila estuviera con vida tendría veinti nueve años.

Recuerdo el momento exacto en qué mi cuerpo se hundió en la profundidad, sabia que no tenía ninguna posibilidad de sobrevivir pero me rescataron.
Los hombres de Alejandro llegaron en ese momento sacándome lejos.

—Jauregui vaya que eres un hueso duro de roer, se que has asesinado a Elsa Grey así que pasaras algunos años en presión—

Ese día me llevaron al medico, curaron mis heridas y al final terminé en prisión acusada por asesinato a grabado con.

—Jauregui hoy es tú último día, debes pasar por la enfermería y después con la jefatura. Así que levántate—

—Enseguida cherif—

Me levante de la cama de hierro, fría a más no poder. Por fin saldría de prisión, por fin tendría libertad.

Fui a la enfermería, era un proceso rutinario para indigar sobre mi estado físico. Durante el tiempo en prisión había perdido peso, también había tratado de mantenerme en forma y los resultados eran evidentes. Lavadero de abdomen y brazos tonificados, así como mis piernas también.

Después de la revisión fui con la jefatura quien me entregaría todo, era un acuerdo que se había generado tiempo atrás.

—Jauregui has cumplido tu condena, trata de mantenerte a racha y no cometas ningún delito ¿entendido?—

—Claro—

—Te entrego tú única posesión—

Me devolvió un collar con la foto de Camila, era lo único más preciado que tenía. —Gracias— me limite a decir pues el hombre a cargo había sido bueno conmigo.

Salí de prisión con ropa de hombre, era del hombre de la jefatura, su nombre era Isamar.

—El cielo se ve más azul estando fuera de prisión— me dije a mi misma.

No tenía ni un solo dolar, no tenia teléfono o idea de donde ir. Comencé a caminar tratando de pensar en algo, lo primero que necesitaba era el saber si Camila seguía con vida pues Alejandro me había mostrado fotos de que ella había muerto en el accidente que el mismo provocó.

—Buscaré a Dayana, es mi única salvación— mi hermanastra era la solución, ella siempre me apoyaba y seguramente de haber sabido que estaba con vida ella me habría visitado todos los días.

[...]

12:00 Medio día.

El sol estaba en su punto más alto, ya había caminado por más de cuatro horas, mis pies sentían el cansancio, estaba sudando y sentía sed.

Me senté en el piso, frente a un seven. Sinceramente no podía caminar más y necesitaba descansar. Recordaba bien donde vivía Dayana pero me faltaba mucho por recorrer.