Capítulo 2

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El chupi no faltaba en la juntada, a mi no me gusta tomar, pero a mis amigos si y tenían un montón de alcohol en la sangre. Ester y Fabio estaban muy juntos, sentados en el sillón, con una manta en sus piernas. Nico y Mati estaban fumando un pucho, en el balcón que conectaba a la mini sala de Pancho, el cual estaba sentado al lado mío con su cabeza reposada en mi hombro. Estaba muy dado vuelta y no quería que se sintiera mal.

El remueve su cabeza algo molesto. -Dame bola.- inquirió. Lo miré de reojo y volví a ver mi celular. -Nena.- manoteó mi celular sacándomelo. "Eyy" hable por lo bajo. -Dame bola Vivi, me siento mal- su voz sonaba áspera.

-Veni rubio, vamos a tu habitación a dormir.- me levanté y intenté levantar a mi amigo como pude. Al ver tanto movimiento, mi mejor amigo se dio cuenta que nos estábamos yendo de la habitación.

-¿A dónde van ustedes dos?- preguntó largando el humo por la boca. Matías también estaba dado vuelta.

-A garchar, a donde más van a ir.- bromeó Nicolas. -Además, que te importa Matías?- el morocho tensó la mandíbula y le dio una calada al pucho.

-Cállate Colo, voy a mandarlo a la cama, está re dado vuelta- dije antes de salir por la puerta y llevar a mi amigo a su habitación, así podía dormir tranquilo. Me estaba por ir y Pancho me agarra del brazo.

-Gracias enana- dice un poco más calmado. Sonrio ante su agradecimiento y me voy a la sala, donde estaban todos.

-Nos vamos- entre al lugar y empecé a agarrar todas mis pertenencias. Ester y Fabio ya estaban a los besos, Nicolas permanecía en la terraza mirando el celular muy entretenido.

-¿Ya?- pregunta mi mejor amigo. Asiento con la mirada. -Bueno, vamos.- se para y agarra las llaves del auto.

Estábamos yendo a mi casa en silencio, se notaba que estábamos cansados del día, era viernes y el cuerpo lo sabía. Matías agarra un pucho y se lo pone en la boca.

-Para un toque con eso Matías- le saco el pucho de la boca y me lo guardo en la cartera. -Te hace mal, flaco.- murmuro enojada. Mí mejor amigo me mira con una mirada penetrante.

-Estabas muy pegada a Pancho vos- pone su mano en mi muslo y lo palmea. Yo al sentir el contacto, rodeo los ojos y suelto un bufido.

-¿Que onda con la hermana de Nicolás?- pregunto para cambiar de tema, Ana, la hermana de Nico es una chica muy encantadora y linda. -Hace mucho no me hablas de ella.- Matías saca su mano de mi cuerpo y se rasca la nunca.

-Nada, corte todo vivi.- murmura. -No estoy para una relación, además, el otro día que fui a bailar, una piba me re quiso chamuyar.- me mira de reojo esperando mi ¿aprobación?

-Y? Que onda, era linda?- sonrió. El asiente con la cabeza. -Matías espero que no sea una menor eh, que después terminas en cana y yo no te saco.- bromeo.

-Naa, yo no soy asalta cunas, ella es la que puede terminar en cana- dice muy tranquilo. "Ah si?" Pregunto. -si boluda, tiene diez años mas que yo la wacha.- sonríe de lado.

-No Matías- me quedo boquiabierta. -Boludo, que haces con esa mina. Mostrármela- no lo podía creer, es decir, me esperaba que diga, dos o tres años más, pero DIEZ me parece un abuso.

-llegamos a tu casa y la conoces.- hablo mi mejor amigo con la vista hacia el frente.

Llegamos a mi casa y entramos con el mayor cuidado de no despertar a nadie. Subimos a mi habitación y Matías se tiró a mi cama como una bolsa de papas. -Veni- me dice mi amigo palmeando la cama. Camino hacia donde está él y me agarra por la cintura tirándome a la cama.

-Salí Matías.- comenzó a hacerme cosquillas, sabía que las odiaba. -Dale boludo.- digo forcejeando con él. Su cuerpo cae encima del mío y su cara queda en mi cuello. -Me chupas y te mato Matías.- hablo para ser ignorada porque su lengua ya estaba en mi cuello, grité como una desquiciada.

-Cállate boluda- me tapa la boca con su mano. -se llega a enterar tu viejo que no estamos durmiendo en el sillón y me lincha de tu casa, así que cállate.- apreta mi cara para después levantarse e irse al baño.

Eso fue raro, ignore lo que había pasado y intente dormirme. Mañana teníamos que ir al concierto de una cantante que le gustaba a Ester.

Matías no volvía del baño así que me cambié rápido y prendí el aire, porque aunque hacía frío, en mi habitación hacía un toque de calor ya que la puerta estaba cerrada impidiendo que la correntada de viento entre.
Me acurruqué en mi cama y me quedé palmada.

A la mañana siguiente

Me desperté con el sonido de mi alarma a las 6:00 am. Me estiré en la cama como hago siempre pero mi pierna choco con un tal Matías, el cual estaba profundamente dormido. Me quedé unos minutos en la cama para despertarme por completo.

Me levanté sin hacer ruido, y me dirigí a la cocina. Mientras desayuna, escuchaba mi lista de reproducción favorita para empezar el día con buena energía porque sino iba a ser un embole el día. Una vez que termine mi triste desayuno, me dirigí al baño para bañarme y arreglarme para el concierto. Después de vestirme, ya eran las ocho de la mañana y Matías seguía durmiendo.

-Mati, despertate- murmuré sentándome en la esquina de la cama. -Matu, chiquito despertate- toque su cara y él se acurrucó más en la cama.

-Dios- volví a murmurar.

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𝑫𝒆𝒔𝒅𝒆 𝑪𝒉𝒊𝒄𝒐𝒔 - Matías RecaltDonde viven las historias. Descúbrelo ahora