Capítulo 14

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Capítulo +18

Salí del baño enojada. Tenía la bandana desacomodada y con la mirada intentabas encontrar al causante de tu excitación. Tus pasos eran lentos y muy toscos.

Camine hacia la barra donde estaban Blas, Matías, Esteban, Enzo y el queridísimo Felipe.

-Hola bombona- saluda Enzo, quien estaba fumando un pucho.

-Hola gordo- me sentaste junto a él y agarré su pucho que tenía en la boca para inhalar el humo.

-¿Que haces pendeja?- Esteban quien estaba a tu otro lado te sacó el pucho de la boca y se lo devolvió a Vogrincic.

-Ay nada boludo, no puedo hacer nunca nada- me quejaste. -Me voy a la mierda- como pude, me bajé del banquito y camine hacia la puerta de entrada.

Cuando la puerta se abrió, el aire frío chocó con todo mi cuerpo haciendo que me estremezca ante la brisa helada.

Atrás mío habían salido los chicos para ver que no hicieras nada raro. Era mi primera vez en pedo y los chicos lo sabían, Matías lo sabía más que nadie. Mi cuerpo no estaba acostumbrado al alcohol y para ser la primera vez, tenías demasiado arriba.

-Victoria podes venir- Matías se acercó a mi cuerpo para agarrarlo y llevarme adentro.

-No quiero, quiero irme al hotel- balbuceaste quebrada. Zafaste del agarre de Recalt y corriste a los brazos de Esteban, quien estaba buscando en tu cartera las llaves del auto con el que había venido Alfonsina.

-Dale gorda- Enzo toca tu cachete delicadamente. -vamos al hotel y dormís- oculte mis colorados cachetes en el pecho de Esteban.

Esteban había finalmente encontrado las llaves del auto y decidido me alzo para caminar hacia el estacionamiento del boliche junto a los chicos.

Mientras caminaban, Matías iba quejándose con Pipe sobre mi actitud de hace un rato.

Llegaron al auto y ahí un poco más despierta comencé a quejarme y dar ordenes.

-Quiero ir enfrente con Kuku- miraste al mayor para que te dejara. Pero Esteban negó rotundamente.

-No muñeca, voy yo adelante- Enzo corrió tu pequeño y débil cuerpo para poder subirse al auto. -perdón- dejó un beso en tu frente y se subió al auto.

Pataleando como una nena chiquita, me subí al asiento trasero donde posteriormente se subieron Otaño y Recalt, haciendo que quedara  en el medio de ellos dos.

El auto había avanzado y los dos de adelante iban hablando de sus cosas. Quería agarrar mi celular para guardarlo en la cartera ante la mirada de los hombres que yacían a mi lado pero no la encontraba.

-Gordito, ¿dónde está mi cartera?- me inquiline un poco hacía adelante para hablar con Esteban, dejándoles una vista perfecta a los dos hombres de atrás, quienes se miraban cómplices y envidiaban el tono meloso con el que le hablaba a Esteban.

-Creo que está atrás en el baúl, gorda- respondió Esteban y continuó hablando con Enzo de algunos temas de trabajo.

Repose mi cuerpo en el respaldo y continué jugando con mis dedos. Estabas demasiado ebria y cuando hablabas el olor alcohol era notorio.

Miraste a tus costados y tenías a los dos hombres de tu vida allí sentados. Como estabas en otro mundo y estabas aburrida comenzaste a tocar los muslos de ambos, haciendo que los chicos levantaran la mirada.

Acariciabas los muslos internos de los chicos, subiendo y bajando, acercándote más a sus entrepiernas que estaban cubierta por sus prendas de vestir.

𝑫𝒆𝒔𝒅𝒆 𝑪𝒉𝒊𝒄𝒐𝒔 - Matías RecaltDonde viven las historias. Descúbrelo ahora