-Que me miras, gila. Ándate con Enzo si tanto queres-
Vivi y Matías eran amigos desde que eran niños, sus mundos aunque son diferentes, se complementan perfectamente.
✦ ❛Será que Victoria se podrá acostumbrar a ser reconocida. Que los rumores no salgan a la luz, porque sino ella será enterrada en su propia tumba❜
✦ ❛Será que Victoria y Matías por fin podrán estar juntos, o un tercero arruinará su bonita historia de amor❜
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Habían pasado días luego del encuentro que tuve con Felipe y Matías.
Los encuentros no habían cesado, eran uno tras otro. Venían a dormir a mi habitación o yo a las de ellos, salíamos al cine o a caminar pero siempre éramos nosotros tres solos. Teníamos una relación poliamorosa sin que fuera formalizada. Al decir verdad, nunca hablábamos de eso, solo teníamos sexo y luego seguíamos normal. Pero creo que me había enamorado de los dos. ¿Se podía amar a dos personas al mismo tiempo? Siempre me preguntaba si era realmente amor lo que ellos sentían por mí, o solo me querían para un garche.
Mi primera vez fue con ellos y al decir verdad yo no sabía si ellos tenían conciencia de lo importante que era para mí esto, tal vez ellos solo lo veían como una cosa de una sola vez y ya. Pero esto seguía un patrón, se repetía constantemente. Ya no era solo una cosa de una vez y ya, sino que lo hacíamos cuando los chicos querían y eso me confundía mucho más, yo no sabía si ellos estaban enamorados de mí.
Mis sentimientos se encontraban activos por los dos todo el tiempo, me era muy difícil dirigirles la palabra profesionalmente sin acordarme de cada cosa que hicieron. Cada movimiento, cada palabra, cada suspiro.
Un rayo de sol interrumpió mi sueño, abrí como pude mis ojos y me encontré con el techo de madera que tenía mi habitación, sentía frío y calor a la vez, mi cuerpo se encontraba vestido por mi rompa interior. A mis lados se encontraban Recalt y Otaño durmiendo plácidamente.
Felipe se encontraba boca abajo, tenia todo su brazo entrelazado en mi cintura descubierta, parecía un nene chiquito durmiendo, era tan lindo. También a mi otro lado, descansaba Matías en mi pecho, sus cálidos cuerpos también descubiertos eran la fuente de calor.
