Por siempre soñar

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-Poder decir adiós es crecer, pero siempre me seguirás faltando..., mamá.

Observé su lápida una vez más. Le dejé sus flores favoritas y me sequé las lágrimas con una pequeña sonrisa.

Por primera vez no me sentía culpable, me sentí..., libre.

Me di la vuelta y me dirigí a la salida.

Hoy era mi último día en el bar. Mi último concierto.
Mis últimas horas allí.
Mi última vez trabajando con todos mis amigos.

Hoy era un día de orgullo para todos nosotros.
Hoy le poníamos fin a una etapa de nuestras vidas para empezar otra.

Estaba cerrando el portal cuando... Los vi.

Estaban todos...
Mi familia, los chicos, Silvestre...
Todos.

Volví a llorar, otra vez.
Maldita sea.
Son los mejores, soy una afortunada de tenerlos.

-¿Qué hacéis aquí? -Sollocé.
-Hoy es nuestro último día. Y pasado mañana es el concurso... Y..., queríamos estar todos juntos. ¿Verdad, chicos? -Empezó Víctor.
-Somos una familia, una pequeña familia disfuncional... -Siguió Álvaro.
-No te íbamos a dejar sola mejor amiga.
-Eres de la banda... -Dijo Julen.
-Formas parte de nuestro círculo de pringaos. -Completó Unai.

Me sequé las lágrimas y reí.

-Y eres nuestra pequeña súper estrella. No lo olvides. -Finalizó Álex.
-Gracias... -Dije con un hilo de voz.
-Eres nuestra chica, pequeña, favorita Olivia. -Dijo entonces Silvestre.
-Eres la mejor hermana del mundo, te quiero muchísimo, Livvie.
-Estoy muy orgulloso de tí, hija. Supiste seguir adelante tú sola. Y eso no lo hace cualquiera.
-Papá... Oli... Os quiero... A todos...
-Anda ven aquí, abrazo de grupo, ¿no?
-Qué sentimental Unai. Pero sé que te gustan.
-Nunca lo negué. Enana.

Nos juntamos en un gran abrazo.

-Gracias...

Nos separamos.

-Nos tenemos que ir. Nos quedan dos horas. Así nos da tiempo a colocar y a repasar algo. -Dijo Julen.
-Papá, Oli..., ¿os gustaría venir?
-Pues, claro que sí, hija.
-Pues vamos.

Silvestre fue en su todoterreno gris. Papá y mi hermano fueron en nuestro coche color rojo. Y los chicos y yo fuimos en el coche de Álex.

Cuando bajamos, me paré para observar el local.
Parecía ayer cuando entré por primera vez. Pero en realidad, fue, hace dos meses.

-¿Estás bien Súper Estrella?
-Parece mentira que esto halla llegado a su fin.
-Sí...
-¿Vamos?
-Sí.

*****

Habíamos colocado cañones de confeti a los lados del escenario. Habíamos preparado mucha comida, ya que estaba anunciado el fin de la banda. El fin de una etapa del bar, Media Luna.

Las mesas estaban llenas de pinchos y adornos.

Guirnaldas de colores, llenaban el local.
Había una red atada a lo alto del escenario llena de globos para cuando llegara el gran final.

Mi hermano nos había hecho una sorpresa a mí y a la banda.

Me moría por la curiosidad.

Cuando acabamos quedaba media hora.
Observé una vez más el local.
No me quería ir, aún no.
Pero esto había llegado a su fin.

-¡¡Ensayo!!

Dios, cómo iba a extrañar esto...

-Vamos Súper Estrella.
-Ahora te alcanzo.

La niña del piano [BORRADOR]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora