1

13.2K 871 268
                                    


⋆⁺₊⋆ ☾ ⋆⁺₊⋆ ♡︎

Era un día normal. Todo se sentía normal.
Estaba sola en mi apartamento en el centro de la ciudad de Punta del Este, Uruguay.
Era un típico día soleado, pero un poco fresco gracias a la suave brisa.

Sentada en mi cama, con la espalda apoyada sobre la cabecera de la misma, me encontraba yo. Estaba leyendo un libro, lo cuál era una de mis actividades favoritas, junto a fumar, claramente.

Y eso nunca faltaba, ya que un fino cigarrillo estaba posado entre mis dedos con delicadeza.

Todo estaba tan tranquilo, en paz.

Hasta que una llamada entrante en mi teléfono comenzó a sonar.

Suspiré, doblando la puntita superior de la hoja que estaba leyendo en mi libro, para luego no perderme en la lectura.

Lo cerré y lo dejé a un lado, tomando mi teléfono en mi mano, viendo como uno de mis amigos, Enzo Vogrincic, me estaba llamando.

Contesté la llamada, poniendo el altavoz enseguida.

- Cata, necesito hablar con vos. - dijo, en una voz casi atropellada, como si tuviera tanta emoción que casi no la pudiera contener.

- Hola para vos también, Enzito. Como estás? Yo bastante bien, por si te lo preguntás. - dije sarcásticamente, tomando una suave calada de mi cigarro con una sonrisa de lado.

- Yo estoy bien, eso no es lo que importa ahora. - casi pude escuchar como rodaba los ojos con cansancio, él sabía que estaba intentando sacarlo de quicio. - Cata, conocés a J.A Bayona, no?

- Cómo no lo voy a conocer? Es el director de cine españolito. Que pregunta boluda, Enzo. - dije, soltando una risita mientras exhalaba el humo del cigarro.

- Bueno. Este hombre hace unos meses está haciendo castings para su nueva película, basada en la tragedia de los Andes, en la cuál yo voy a estar. Tiene a todos los personajes, menos a uno. Bueno, a una. Le faltaba una actriz joven, rubia y...puede que te haya recomendado. - dijo Enzo, soltando una risa.

- Me estás jodiendo, Enzo? Es una historia nacional, sería un honor trabajar en ese proyecto. - dije, despegando mi espalda de la pared, para luego soltar una carcajada, sin poder creerlo.

- Yo creo que vas a comprobar si es cierto en unos...5 minutos, ya que le dí tu número de teléfono - dijo, casi haciéndome delirar de lo irreal que era todo.

- Sos el mejor, posta. Te voy a comprar 50 frutillas con chocolate cuando vengas a casa. - dije, soltando un chillido de la emoción, casi saltando en mi cama.

- No esperaba menos de vos. Suerte, Cata. - dijo, antes de cortar la llamada, dejándome con la palabra en la boca.

Esto. No. Puede. Estar. Pasando.

Pero la realidad me pega nuevamente una cachetada al llegarme una llamada de un número desconocido a mi teléfono.

Creo que no tardé más de 2 segundos en tirarme arriba de él y contestar la llamada.

- Buenas tardes, estoy hablando con Catalina Acosta? - preguntó una voz madura, aunque no tanto como para tratarse de alguien de más de 50 años.

- Exactamente, con quién tengo el placer? - pregunté, haciéndome la boluda mientras me mordía la uña de mi dedo meñique, gracias a la ansiedad.

- Hola, Catalina. Soy J.A Bayona, he visto tu actuación, y estoy convencido de que eres la pieza perfecta para dar vida a uno de los personajes principales en mi próxima película. Te gustaría ser una de las estrellas de 'La Sociedad de la Nieve'? - preguntó, la emoción en su tono dejaba claro que este proyecto significaba algo más que simplemente hacer una película.

Puedo jurar que en ese momento casi me desmayo.

- Eso es música para mis oídos, J. Puedes contar conmigo. - dije, saltando de la alegría en mi habitación, pero aún así manteniendo un tono de voz profesional y tranquilo.

- Eso me alegra muchísimo, Catalina. Lamento decirte que tendrás que viajar a Montevideo para el ensayo de los guiones, ya que, por lo que tengo entendido, vives en Punta del Este. - dijo Bayona, sin especificar la fecha exacta.

- Estás en lo correcto, pero no será ningún problema ir a Montevideo. Me podrías dar la fecha exacta en la que se llevará a cabo la primera lectura? - pregunté, abriendo la puerta de la mini-pieza adentro de mi cuarto, la cuál usaba como un armario, y sacando una valija dorada y grande.

- Oh, sí...eso, jaja. Es mañana. - dijo, juro que casi pude escuchar como se rascaba la parte trasera de la nuca, en un gesto incómodo.

- Oh! Bueno, ahí estaré. - dije, intentando sonar tranquila, cuando en realidad había llevado la valija dorada hacia el centro de mi cuarto, abriéndola sobre la cama y comenzando a buscar ropa a lo loco.

- Perfecto! Tengo muchos planes para tí, Catalina. Esto será grande. - dijo, antes de cortar la llamada y dejarme con la palabra en la boca, por segunda vez en la tarde.

Cálmate rubia, puedes con esto.

Ese era mi mantra, pero en este momento no estaba funcionando mucho que digamos.

Cualquiera que se cruzara en mi camino ese momento podía decir que estaba a punto de tener un ACV, y quizás podía ser un poco cierto.

Iba a ser una noche larga.

• ꨄ︎

𝗗𝗢 𝗜 𝗪𝗔𝗡𝗡𝗔 𝗞𝗡𝗢𝗪?, Esteban KukuriczkaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora