☕️ | "¿Realmente quiero saber si este sentimiento fluye en ambos sentidos?"
Donde 𝑪𝒂𝒕𝒂𝒍𝒊𝒏𝒂 logra tener uno de los papeles protagónicos femeninos en una de las películas más aclamadas de todos los tiempos.
𝑶
Donde 𝑬𝒔𝒕𝒆𝒃𝒂𝒏 se enamora p...
- Hola, rubia. Estás lista? - preguntó Enzo, sonriéndome dulcemente mientras me sentaba en el asiento a un lado de él.
- No te voy a mentir, me tiembla hasta el orto. - dije, soltando una carcajada, para después girarme hacia él y darle un beso en el cachete a modo de saludo.
- A mi también, entendés que vamos a trabajar con J.A Bayona? Se siente casi irreal. - dijo, girando su cabeza hacia el frente, antes de encender el auto de nuevo y comenzar a manejar a nuestro destino.
- Es irreal, Enzo. Gracias por meterme en esta locura. Necesitaba algo así. - dije, mientras me miraba a través del espejo retrovisor, a ver si se me había corrido el maquillaje.
- Por favor, Cata. Bayona nos preguntó y automáticamente pensé en vos, sos perfecta para el papel. - dijo, soltando una risa, todavía concentrado en las calles.
Esbozé una sonrisa, recostándome en el asiento. Saqué mi celular y miré a Enzo, sacándole una foto mientras manejaba.
Se la mostré y decidí subirla a Instagram como publicación.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Le gusta a sofi._.lara, vogrincicenzo y a 93.421 personas más...
cata.acostalo agarré de chofér privado
ᴄᴏᴍᴇɴᴛᴀʀɪᴏs ᴅᴇsᴀᴄᴛɪᴠᴀᴅᴏs...
- La gente de mi Instagram te ama, ya casi tenés 100 mil likes. - dije, soltando una risa.
- Y sí, si soy divino, tarada. - dijo, estacionando el auto frente a un gran edificio.
Nos bajamos del auto, aún riéndonos por su comentario y entramos juntos al hall. Allí, nos dijeron a que sala debíamos ir y así nos dirigimos, juntos, a lo que sería el proyecto que cambiaría nuestras vidas.
Cuando entramos a aquella sala pudimos ver como ya habían varias personas sentadas en algunas sillas.
Enzo y yo, decidimos sentarnos juntos, uno al lado del otro en silencio. Mientras comenzábamos a leer los guiones, esperando a que la lectura comenzara.
Varias personas entran, pero no les presto ni la más mínima atención, hasta que entra Bayona, y con su tono de voz entusiasmado, nos da la bienvenida.
Nos dice que nos vayamos presentando uno a uno, así nos vamos conociendo.
Empezó con un chico de ojos azules y cabello castaño claro que estaba a su derecha, el cuál se llama Juani Caruso. Después estaba Tomás Wolf, Agustín Della Corte, Blas Polidori, un tierno chico de rulitos que soltó una risita cuando se presentó. Después estaba Valentino Alonso y Felipe Otaño, un chico con unos envidiables ojos color mar.
Luego de eso, estaba Enzo. El cuál se presentó con nombre y apellido, diciendo que él representaría a Numa Turcatti. Giró la cabeza y me miró a los ojos, haciéndome entender que era mi turno.
- Hola a todos, soy Catalina Acosta, y estaré representando a Julieta Canessa. Es un placer conocerlos. - dije suavemente, quitándome los lentes y colocándolos sobre mi cabeza, esbozando una sonrisa dulce.
Luego de mí, estaban Matías Recalt, el cuál representaría a mi "hermano", Roberto Canessa, por lo cuál, nos sonreímos alegremente, luego estaba Agustín Pardella, Francisco Romero y, por último, Esteban Kukuriczka, el cuál era un hombre de unos 30 años, de pelo arena despeinado, pero sin llegar a ser desprolijo, era más bien...despreocupado.
Están re buenos todos acá, che.
Pensé, mordiéndome la parte interna de mi cachete para no soltar una carcajada.
Después de presentarnos, Bayona empezó a hablar y a explicar cada una de las escenas que habián en aquella primera parte del guión.
Al parecer, yo no formaba parte del equipo de rugby, así que no tendría que subir de peso.
Gracias a Dios.
Luego de un rato, Bayona nos dejó libres, diciendo que ya podíamos irnos, y que nos necesitaba aquí mañana a la misma hora.
Todos nos despedimos de J. con sonrisas, bajando hacia el hall del edificio.
Algunos de los chicos, al parecer, ya se conocían desde antes, entonces se estaban saludando entusiasmados y con caras alegres.
Enzo y yo, en cambio, solo nos conocíamos entre nosotros. Por lo tanto, al ver tanta gente, nos quedamos parados uno al lado del otro, mirando a los demás.
Está claro que ninguno es muy extrovertido.
- Crees que debamos saludar? - pregunté susurrante, todavía mirando a los demás, pero ahora acercándome más a Enzo.
- No lo sé, sabes que soy un tipo callado. - contestó, a lo que yo asentí, pensando en todo lo que me costó que aquél hombre se abriera conmigo.
Un silencio nos inundó a ambos, hasta que uno de los chicos, Agustín, si mal no recordaba, se giró hacia nosotros, saludándonos con la mano e indicándonos que nos acerquemos.
- Eh! Parejita! Vengan pa' acá, no se queden ahí duros. - dijo, haciendo que los otros con los que estaba hablando se rieran abiertamente.
Parejita? La puta que me parió, ahora estos van a pensar que estoy casada con este.
Tomando la muñeca de Enzo y poniendo una sonrisa dulce en mi rostro, me acerqué a ellos a paso tranquilo.
Cuando llegamos junto a ellos, solté la mano de Enzo, y lo coloqué junto a mí, casi obligándolo a socializar.
- Como están, chicos? Perdón si me presenté muy formalmente allá adentro. Soy Catalina, pero pueden decirme Cata. - dije suavemente, quitándome los lentes de sol y saludando a todos los chicos de aquél grupito con la mano.
- No te preocupes, Cata. Sabemos que enfrente de Bayona todos queremos ser más serios. - dijo, con una sonrisa sincera, Agustín.
Asentí con la cabeza, dándole la razón completamente.
Si mal no recordaba, los que estaban presentes en aquél grupito eran Francisco, Esteban, Agustín y obviamente, Enzo y yo.
- Che, les queríamos preguntar, hoy íbamos a hacer una juntada nosotros tres en la casa de Agus, tienen ganas de venir? -