Harry, que seguía totalmente mortificado por lo ocurrido, hacía todo lo posible por evitar a los gemelos. Parecían entender que necesitaba algo de espacio, pero seguían lanzándole miradas de deseo desde el otro lado de la hoguera. Harry los miró mal y se acercó más a su padre, dándole un mordisco agresivo a su perrito caliente, lo que hizo que los dos adolescentes se estremecieran.
A pesar de estar avergonzado, Harry no pudo evitar sentir un leve estremecimiento de excitación ante la idea de intimar con ellos corriendo por sus venas. Hacía poco que Harry se había dado cuenta de que llevaba años enamorado de los gemelos, pero hasta hacía un rato no se había dado cuenta de que sentía una necesidad sexual por Fred y George. Claro que la erección había sido provocada por las acciones de Viktor Krum, pero las únicas personas con las que querría compartir placer en ese momento eran sus gemelos.
Todo su cuerpo seguía en tensión, y sentía que se le erizaba la piel y le dolían los huesos. Lo único que quería era arrastrar a los dos y hacer... Bueno, Harry no sabía exactamente lo que quería hacer, pero estaba seguro de que sus gemelos lo sabrían. Siempre sabían lo que necesitaba.
Pero otra parte de su mente gritaba que eso no estaba bien. Ese sentimiento de necesidad sexual estaba mal. A pesar de que todos le decían que era algo normal sentirlo Harry seguía sufriendo por el trato que recibió de manos de sus parientes. El kitsune aún luchaba por creer que merecía cosas bonitas, amor y cuidados incluidos. Su familia y sus compañeros habían empezado a curar esta herida, pero ver la atracción y la necesidad abierta y sincera en los ojos y en cada movimiento de los dos diablillos, bueno, hacía que Harry casi se acicalara bajo su atención. Le hacía desear presentarse ante los ojos de Fred y George y, de no haber sido por Bill, Harry temía haberse perdido por completo y permitido que los gemelos hicieran lo que quisieran con él allí mismo.
Harry se asustó.
Harry escondió la cara en su camisa, mirando a sus gemelos por debajo de las pestañas. Los dos estaban muy juntos, con los costados tocándose mientras se rodeaban la cintura con los brazos. Estaban inclinados, con las frentes casi apretadas mientras hablaban. Harry no pudo evitar sonrojarse, se veían muy bien juntos. El kitsune sabía que la sociedad, bueno, lo que él sabía de ella, se escandalizaría por la cercanía de los dos. Lo encontraría anormal y repugnante. Pero Harry no sentía lo mismo. Se veían bien juntos, dos mitades de un mismo todo. El joven sumiso no podía imaginar un mundo en el que no estuvieran juntos. Sabía que si uno de ellos moría, el otro esencialmente se iría con él, sólo un cascarón a la espera de que el tiempo se lo llevara.
Harry nunca quiso ver eso. Quería verlos felices, sanos y juntos por el resto de sus vidas. Quería ver sus almas entrelazadas... y tal vez, sólo tal vez... podrían hacer un lugar para él.
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Fred y George se acercaban a hurtadillas a la habitación de Harry. Bueno, lo hacían para divertirse. Se habían cruzado con Bartok Claremore, que les había mirado divertido con los ojos en blanco.
Siguieron su camino hacia la habitación de Harry, de puntillas y vestidos de negro para crear un efecto dramático, deslizándose de estantería en estantería, de maceta en maceta, de mesa auxiliar, mientras avanzaban por el lujoso vestíbulo de la Tienda Negra. Cuando llegaron a la habitación del joven kitsune, apenas podían contener la risa. Abrieron la puerta con sigilo, dos ojos se asomaron por la rendija y se encontraron con unos ojos verdes que les devolvían la mirada.
Sin embargo, esto no los disuadió en absoluto, se deslizaron dentro, la puerta se cerró con un chasquido casi silencioso detrás de ellos mientras se arrastraban sobre sus vientres, actuando como si Harry no los estuviera mirando completamente inexpresivo. -Woah, es una locura, aquí estoy en una habitación vacía-. La voz de Harry era tan seca como el Sahara y Fred tuvo que darle un codazo a su gemelo, que había empezado a soltar una risita baja.
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FINDING HOME
FanfictionHarry recibe una herencia de criatura sorprendida la noche de su cumpleaños número 16. Con él llega la esperanza, el amor y más familia de la que nunca esperó. Su estado de criatura cambia todo y los secretos comienzan a ser revelados. Su punto de v...