IV

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Oscar

-¡Corre más rápido! - Gritó Arthur


Amo a este niño, pero estaba listo para matarlo. Gracias a él, estaba fuera de la cama antes del medio día para trotar por la mañana alrededor de la cuadra. Lawson estaba corriendo a mi lado con una soga amarrada alrededor de su cintura. Agarrado del final de la cuerda estaba mi hijo en sus patines.


-Vamos, Os - Dijo Liam, sintiendo el inminente asesinato de mi hijo - Piensa en esto como práctica, en caso de que necesites huir de la policía - ¿No podía dejar eso? 

-Los odio - Él rio

-Sé que eso no es cierto. Lo que me recuerda, he escuchado todo sobre tú y cierto chico de apellido Norris - Tropecé - ¡Woah! - Agarró mi brazo y continuó corriendo - ¿Te has enamorado ya de él?

-No me estoy enamorando de Lando Norris. Es sólo que disfruto ser malo con él, y él se lo toma bien.

-Sigue diciéndote eso, cariño - Quería estamparlo contra el pavimento, pero él es un tipo un poco más formado que yo. Probablemente terminaría haciéndome daño a mí mismo.

-¡Más rápido! - Arthur gritó de nuevo. A Liam parecía no importarle, pero yo estaba a punto de matarlo. Sin embargo, me encontré a mí mismo corriendo más rápido a su lado. Las cosas que haces por tus hijos.


Para cuando llegamos a nuestras casas, yo estaba listo para colapsar. Me incliné y puse mis manos en mis rodillas para tratar de recuperar algo de oxígeno. Jadeaba y estaba a punto de caer cuando escuché una voz familiar.


-¡Oscar! - Miré hacia arriba para ver a Max correr hacia mí.

-Hey, chico. ¿Qué haces aquí? - Pregunté una vez que recuperé el aliento. Él arrugó su nariz.

-Luisa y yo estamos en casa de Sérgio. Hoy él es nuestro niñero - Oh, maldición, no.

-¡Hey, Max! - Arthur patinó hacia nosotros - Deberías de venir a mi casa. Papá me compró un casco nuevo, así que voy a practicar corriendo hacia las cosas con él para asegurarme de que sirva.


Debería de haber puesto un alto a sus planes enseguida, pero estaba demasiado distraído. ¿Qué demonios estaba pensando Lando al dejar a sus hijos con ese sujeto? Le advertí que los secuestraría de nuevo si era necesario. Bueno... ahora mismo parecía necesario. 


-Liam, ¿Te quedarías con Arthur por un minuto? Ahora vuelvo - Liam terminó de tomar una botella de agua. 

-Claro - Él tiró de la cuerda, jalando a mi risueño hijo hacia él.

-Vamos, Max - Tomé su mano y me dirigí hacia casa de Sérgio. Cuando llegamos ahí, Sérgio estaba tratando de pintar las pequeñas uñas de Luisinha, pero ella no estaba cooperando.

-Cariño, tienes que quedarte quieta - Dijo Sérgio pacientemente.

-No puedo - Respondió Luisinha, botando el frasco de esmalte. Toqué en el marco de la puerta para obtener su atención - ¡Oscar! - Luisinha corrió hacia mí y envolvió sus brazos alrededor de mis piernas, así que sonreí y froté su espalda. Sérgio dejó salir un pequeño resoplido y se paró. 

-Buenos días, Oscar. ¿Qué te trae por aquí?

-Oh, sólo estaba corriendo con Arthur y Liam cuando vimos a Max. Los chicos esperaban jugar juntos y no querían dejar a Luisa fuera, así que he venido para preguntarte si ellos pueden venir y jugar - Iba a sacarlos de ahí no importaba lo que él dijera, pero estaba tratando la ruta educada, primero.

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