᭙𝑖𝑛𝑡𝑒𝑟 𝑓𝑎𝑙𝑙𝑠 • ᭄ꦿ ʰʸᵘⁿˡⁱˣ [En corrección]

𝐂𝐀𝐏𝐈́𝐓𝐔𝐋𝐎 𝟏

Caminaba por las solitarias y frías calles de Seul directo al lugar que consideró el mejor para ver la primera nevada; el río Han, por recomendaciones de otros amigos. Y desde lejos Hyunjin lo veía y seguía sigilosamente para no ser descubierto por el menor.

Una vez llegó se sentó frente al gran río y vio detenidamente como los copos caían y poco a poco el suelo se hiba tapizando de color blanco.

Volteo su vista a los costados después de escuchar pasos acercarse a él, un chico alto con el cabello un poco largó de color negro se sentó a un lado de él dedicándole una sonrisa. Felix terminó con un sonrojo en sus mejillas mientras con dificultad regresaba de igual manera el gesto.

Era el chico más hermoso que había visto desde su llegada a Corea.

— Hola. - Saludó aquel chico. Felix lo miró confuso.

— Hola. — Respondió de igual forma volviendo su vista al frente. Seguía nervioso después de todo.

— ¿Puedo saber tu nombre? — preguntó el mayor sin dejar de mirarlo, tenía el mejor perfil que había visto, aceptaba —por primera vez— que había un perfil más hermoso que el de él.

— Felix...Lee Felix. — Respondió estirando su mano en forma de saludo.

— Hwang hyunjin. — Tomó la cálida y rellenita mano del menor. Lo miraba encantado, aún más por la sonrisa tan perfecta que el menor poseía.

Tuvieron un corta conversación —mayormente por parte del mayor— donde Hyunjin trató de ganarse la confianza de aquel rubio. Y lo logró después de tanta insistencia.

Hyunjin sacó una nota del bolsillo de su gran chamarra y la dejó sobre las piernas del menor. Se levantó y movió su mano en forma de despedida para despues irse de ahí dejando a un felix confundido. Se animó a abrirla después de pensarlo un poco.

Abrió sus ojos cuando terminó de leer el contenido del papel, el número del pelinegro estaba ahí. Sonrió tontamente con una enorme felicidad, que alguien guapo y —aparentemente— de dinero le haya hablado era algo que no pensó que le pasaría.

Guardó aquel papel en la bolsa de su chamarra y se fue del lugar con una enorme ilusión.

Llegó a su casa y solo se limitó a meterse a bañar con agua caliente, sentía que se enfermería si no lo hacía o simplemente era una creencia dada por su familia.

Una vez salió se colocó una camisa blanca dos tallas más arriba que su talla original y un pants gris. Bajó a la cocina donde se preparó un café juntó con unas galletas;su cena para una muy larga noche de estudio.

Acomodó todo en su escritorio, le esperaban cinco horas de estudio bastante agotadoras. A veces desearía quitarse esa costumbre de desvelarse estudiando, pero era algo a lo que estaba obligado desde si niñez.