Capitulo 3

272 11 67
                                    

Quisiera poder ayudarlos a todos, en verdad que sí. Pero cómo podría hacerlo una presa... soy cómo ellos de igual forma, nomás por la suerte que tuve, pero si no... estaría aquí o tal vez ya no.

Me quedé mirando por unos minutos y al mirar bien el lugar, decidí regresar y dejar todo cómo estaba. Estando arriba, caminé cómo si nada pasara, pero algunos pasos también sonaron detrás mío.

Oh, estoy en problemas...

—¿Jenna? —preguntó una voz ronca.

La oí algo lejos, pero no lo suficiente cómo para no entenderla. Me dí la vuelta y alcé mi mirada para ver quién fuera, me parecía conocida su voz.

Era Nicolas, venía muy bien vestido, con su elegante gabardina violeta, le quedaba justa. Todo en su aspecto era impecable, parecía un chico bastante bueno de lejos y de cerca también. Lo miré un poco más, y sus intensos ojos azules me miraban, me encantaba cómo llevaba su cabello lacio peinado hacía atras.

Estoy perdida, demasiado...

—¿Qué hacías? —inquirió él.

Veo que se ha formado una sonrisa en sus labios y no se porque, pero bajé mi mirada ahí. Pero luego me dí cuenta de lo que estaba haciendo y volví a mirar sus ojos.

—¿Debería decirte? —pregunté, sonando tan normal.

Alzó las cejas y dió un paso al frente. Hay dios, me va dar algo. Desde aquí puedo oler su perfume, me muero...

—Si quieres, sí —respondió, demostrando tranquilidad.

—No quiero.

Es demasiado para mí, por lo que ahora me limito a mover unos pasitos, pero él me detuvo, sosteniendo mi mano.

—¿De verdad? Te vi que entraste a las mazmorras. ¿Qué es lo que buscabas?

—Nada. ¿No puede uno equivocarse de pasillo? Eres molesto. —irritada le digo.

No quería decirle eso, lo veo soltar su agarre en mi mano y ahora bajó su mirada.

La he cagado, ¿cómo pensé en decirle eso? ¿Cómo puedo perderme en un lugar dónde literal, literal dice peligro?

—Supongo que te aburriste por estar dentro de la habitación, ¿no? —preguntó, volviendo a mirarme.

El mantuvo sus ojos sobre mi, algo que me hizo sentir raro dentro. Sentí que me ardían las mejillas.

—Sí, no me gustan los espacios cerrados y mucho menos estar sola... aunque si fuera mi casa, no me quejo —confesé.

—Entiendo, ¿Por esa razón fuiste a explorar? —preguntó él—. Bueno, eso haría Padme, y ahora que lo pienso, son muy amigas, ¿cierto?

—¿Y para qué quieres saberlo? ¿Te interesa Padme o algo así? No hago favores.

—Ah, Jenna. No lo decía por ese motivo, sabes que no es así —suspiró, llevándose una mano a su cabello.

Pero por todos los dioses, ayúdenme. Necesito que la tierra me trague y me escupiera en mi casa.

—¿De verdad? no me importa de todos modos, además no deberíamos estar hablando... —comenté, dándole la mínima importancia.

—¿Alguien nos impide hablar entre nosotros? ¿quienes? Eso es muy grosero de su parte —habló mostrando cierta decepción.

—Sí, es algo bueno para mí y malo para tí —respondí.

Tengo que lucir casual.

—Me agrada hablar contigo, aunque quieras evitarme, ¿hice algo malo? —preguntó, ahora mirándome preocupado.

Twisted Love [Nicolas]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora