Capitulo 7

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—Chicas, debería aprovechar ahora —susurró Eris para nosotras—. Iré a la armería. La mayoría de los guardias están aquí, así que es posible que esté despejado.

Al principio le iba a responder que no fuera, pero teníamos que salir de aquí, ahora mismo.

—De acuerdo —dijimos Padme y yo.

Eris se fue y nosotras nos quedamos ahí paradas como sí que. Hasta que al final pretendíamos acercarnos a los demás. En todo el rato que estuvimos en la merienda, la ví ignorar completamente a Damián. Hasta que al final cada quién se fue a su habitación.

Yo me acosté mirando al techo, pensando en lo que podríamos hacer.

Suspiré de lo aburrida que estaba y al final decidí mirar con más detalle la habitación. Nada, nada interesante, aburrido y aburrido, por lo que mejor me fuí a bañar.

....

El agua caía sobre mi rostro, cayendo gotas por mi cabello. Estaba molesta, toda la frustración de todo esto, no me daba confianza en nada, todo parece un juego, un juego en dónde todos mienten y caes en su trampa. Solo eso.

Cuando salgo, me miro al espejo y noto que mi cabello comenzó a crecer un poco más, ya que ahora bajaba sobre mis hombros, me coloqué la ropa que tenía ahí y decido salir para la comida.

En cuanto abrí la puerta, una figura de alguien quién estaba a un lado, Damián.

Su ojos me miraron y yo retrocedí. Mala idea, ahora él había entrado a la habitación.

—¿Pasó algo? —pregunté, confundida.

—¿Qué ocurre contigo? —preguntó, cruzando sus brazos. 

—No se de que hablas. —confieso.

—¿Por qué estabas con Nicolas hace rato?

—¿Qué? —lo miro sorprendida—. Solo hablábamos —pienso en lo que acabo de decir—. ¿Tú cómo sabes eso?

—Deja de hablar con él. —ordenó, acercándose.

—¿Por qué debería? No he hecho nada malo...

—Entiende que lo detesto, Young. No me gusta que hables con él, que quieras hacerte la buena persona, entiende.

—¡No es mi culpa, Damián! —me alejé de él—, que ambos tengan cosas que arreglar, no es mi problema.

—Si lo sabes, ¿por qué sigues cerca de él?

—No te entiendo, ¿acaso necesito de tu aprobación? ¿tú harás lo mismo?

—Sí, porque somos una manada. Estamos juntos en esto, ¿lo recuerdas?

Miente, eso es claro. Jamás lo haría, a menos que fuera otra persona importante...

—Para tí es demasiado sencillo de decir, tu no lo entiendes... ¿qué vas hacer si me rehuso a hacer lo que me pides?

—¿Qué?

—No lo haré, Damián. Si eso hago, sospechará de mí, y no queremos que  suceda, ¿verdad? Así que, piensa en eso  también.

—Eres molesta, ¿sabías?

—Admitelo, te dejé sin palabras —le digo, sonriendo ante mi victoria.

Seguía estando molesto, dió un paso al frente, su mano se posó en ni barbilla, que hizo que estuvieramos bastante cerca.

—No sabes en lo que te has metido con él, si se llega a enterar, ¿crees que no te matará? Así somos todos nosotros si vemos a una presa libre, pero no soy así —explicó con tranquilidad. No me gustaba.

—Tu me buscaste —aclaré.

—No se que esperas de mi, yo solo te estoy protegiendo de los otros. ¿No deberías agradecerme?

—¿Por qué lo haría?

—¿No era eso lo que querías?

—¡No! no quería eso, tu me mentiste. Ahora solo quedó aceptarlo, eso fue todo.

—Interesante, ocultar lo que sientes se te da. Sigue así y esfuérzate más.

Lo miré confundida, él mantuvo su mirada en mí, sus ojos negros, parecía...

Damián se alejó de mí y salió de la habitación.

Me tomó un par de minutos para luego salir también. Estando ahí, no noté la presencia de Eris o Padme, por lo que pensé que estarían poniéndose de acuerdo en el plan.

Solo les confesaré que no me agrada comer sin alguien a mi lado, es incómodo. Por lo que al final no terminé todo y me voy a la habitación de Padme y averiguar que sucede.

Toqué y la escucho que se levanta y hace un ruido extraño. La abre con cautela, al verme sonríe y me deja pasar.

Estando ahí, miré que trae algunas cosas y parece que hablaba con alguien con un Walkie.

—¿Hablabas con Eris? —pregunté, curiosa.

—Sí, me estuvo contando lo que había y me dijo que hay muchas presas ahí, pero estaban dormidos. Algo extraño.

—Entiendo, ¿y por eso no bajaste a comer?

—Estem…—desvió su mirada—. Quería saberlo todo. Pero ahora mismo tengo hambre.

—Ay muchacha, debes comer. Ve cómo andas y decides no comer —la regaño y ella solo baja su mirada.

—¿Me acompañas por comida?

—Claro, debe haber alguien en la cocina.

Ambas salimos de la habitación y decidimos correr, pero yo la solté, no iba a correr por los pasillos, que cansancio.

Solo camino y cuando ya no la escucho, supuse que ya había llegado a la cocina, pero me detengo cuándo está con Nicolas.

Ahora sus miradas se dirigieron a mí.

Finjo demencia y trato de alejarme, pero mis piernas no se movieron, solo me quedé quieta, ¿qué se supone que deba hacer?

—Jen, me dice Nicolas que no hay nadie en la cocina, es una lastima, tú que tenías hambre… tendrás que esperar —me mira asustada y realmente no entendía.

¿Qué yo qué? Ah.

—Bueno, supongo que debería volver en otro momento... —murmuré.

—Oh, no, no. Es qué… —me dice, pero fue interrumpida.

Nicolas se apresuró a decir, por lo que ahora mi mirada fue a él.

—¿Vienes con nosotros, Jen? —preguntó él, manteniéndose tranquilo.

—¿A dónde o qué?—pregunté.

—Ver la práctica. ¿Vienes? No deberían perdérsela, ambas.

Mierda, ahora yo debía responder. No se que decir, se que lo que es… Pero Padme no lo ha visto, me da la impresión de que va poner una cara y van a verla con cierto disgusto al ver que no lo ha disfrutado, pero si no acepto podría sospechar y si acepto… Qué más da.

Así que acepté, y Padme también aceptó. Nos fuimos juntos. Subimos las escaleras, pero tomamos el contrario de lado de las habitaciones. Era muy distinto y llevaba a otras áreas de la mansión.

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Perdón por el retraso, ahora estaré más activa en subir más capítulos:)

Twisted Love [Nicolas]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora