Capitulo 23

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Me despierto a tales horas de la madrugada y es que no he podido dormir bien las últimas semanas. Siento algo extraño... no muy bueno.

Salgo de la habitación y bajo los escalones con mucho silencio, me dirijo a la cocina y decido sentarme en una de las sillas. Apoyé ambos codos sobre la mesa mientras recargo mi cara en ambas manos.

Me quedo así, en la misma posición sin decir nada. Y es que no tengo nada que decir, no hay nadie y sería tan raro hablar sola. Escuché un ruido y eso causó que me levantara de golpe y mirara de donde provino.

Me asusté un poco, lo admito.

No es que de la nada finja demencia ante un ruido lo bastante extraño para mis oídos.

Una típica alerta.

Dónde debo cuidarme.

Ya nada es seguro...

Cuando veo a alguien caminar hacia mí, esperé lo peor.

Pero eso se calmó al ver a Annie. Rayos, de verdad que me asusté, quería lucirme con mis patadas, si, si.

La miro confundida y ella también mantiene esa mirada confundida.

-¿Qué hacías aquí? -me pregunta.

No demuestres desconfianza.

-Solo tenía sed. Lo normal.

-Ah, lo entiendo. Yo también tenía sed... -se acercó a mí y se sirvió agua en el vaso.

No respondí. Caminé para regresar a la habitación.

-Jenna.

Me hizo detenerme. Oh, no. ¿Ahora qué hice? ¿Agarré el vaso incorrecto? ¿Tengo algo en la cola?

-¿Sí? -le pregunto al darme la vuelta.

-Lo sabes también, ¿no?

-¿Saber qué? -pregunté.

-Saber que Nicolas es Noveno.

Ah, no es sorpresa. No me sorprende...

-Ah, sí. Eso lo sabía -asentí-. ¿Qué tiene de malo eso?

Bueno, mi pregunta es el motivo del porque quiere que hablemos de él y no de algo más...

-No, no tiene nada de malo. Pero, he notado que... -cortó de inmediato y negó-. Tranquila, no es nada. Solo quería advertirte sobre él y ya.

No me quedo conforme.

-¿Estás segura?

-Sí, no te preocupes -ella sonríe mientras sostiene el vaso todavía.

Asentí y me doy la vuelta para volver a la habitación. Una inquietud se me genera, muchísima.

¿Notado qué?

¿Qué notó?

No entiendo, y lo peor es que no me quiso decir. Tal vez... con el tiempo lo sepa o ella me lo quiera decir.

Volviendo a la habitación, me acosté y me cubrí con la sábana. Mientras mi cabeza daba vueltas y vueltas.

Me doy la vuelta y cierro los ojos con fuerza, intentando dormir.

No lo logré.

Me doy la vuelta del otro lado y espero dormir.

Tampoco.

Frustrada vuelvo a moverme y sigo sin conciliar el sueño, vuelvo a cerrar los ojos y nada.

Carajo.

No voy a dormir por esa maldita preocupación.

Twisted Love [Nicolas]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora