Twisted Love [Nicolas]

Capitulo 19

Al quitar su mano, la colocó ahora en mi brazo. Caminó y mientras lo hacía, Damián abrió la puerta de la habitación y me sacó bruscamente. Casi haciendo que cayera al suelo.

¿Qué le pasa? Yo solo estoy preocupada por él. No podía entender algo… ¿Cuáles sentimientos dice él?

Bajé a la cocina para ver si podía encontrarme con Padme o Poe, pero vi solo a Annie y Nicolas, estaban hablando sobre algo, así que decidí no interrumpirlos, pero fue demasiado tarde, me vieron.

—¡Jenna! —me llamó Anie, muy animada.

Le recé al todopoderoso que no me mantuviera en un momento de tensión entre ellos, ya no quería pasar lo mismo que pasé con los otros.

—Te ves muy linda, ¿Viste Nicky?—dijo Annie, mirándome.

Nicolas asintió, estando de acuerdo con lo que Annie le comentó.

—Gracias —murmuré algo avergonzada —. ¿Saben dónde está Poe?

No es por ser exagerada ni nada, pero luego de decir «Poe» Nicolas quitó aquella expresión alegre en su rostro. Bufó con molestia.

¿De verdad lo hizo? Parece un niño.

—¿No vas a comer algo? —preguntó Nicolas, ignorando lo que acabo de decir.

Que vergüenza… Pero no entiendo su manera de cambiar de tema, solo estoy preguntando. No es que vaya trás de él y me lance como un jugador.

Annie acercó el plato, al parecer alguien había comido también, ya que estaba otro plato ahí.

Me senté en la silla, mirando a ambos con cierta incomodidad.

—Los dejaré solos —comentó la chica y luego la veo irse de la cocina.

Hay dios, ¿Por qué se va? Ahora no tendré más remedio que responder si me llega a hablar este hombre.

—¿Ya te encuentras mejor? —preguntó, sentándose a un lado mío.

Lo miré de reojo y asentí con cierta desconfianza. Aún teniendo la comida en mi boca, les juro que cuando tengo hambre parece cómo si me tuvieran amarrada. No me da vergüenza, bueno a veces, depende más bien.

—Estoy mejor, gracias —le respondí, luego de tomar el vaso de agua que tenía.

—Jen, sabes que puedes quedarte aquí. No tienes porque seguir a tu manada.

—Ah, bueno... no lo sé —no le presté algo de atención, la comida es sagrada.

Él soltó una leve risa y pasó su mano por su cabello, ¿Cómo lo sé? Pues bueno, ahora lo estoy mirando y luego a la comida.

Ya estuvo, ya tiene un poco de mi atención.

—Yo se que tal vez ahorita mismo no tienes confianza conmigo, por lo que quiero que ahora confíes en mí.

—¿Y por qué? —le pregunté. Ahora ya tenía toda mi atención, ya había terminado de comer.

La mirada de Nicolas vagó por la cocina y luego se levantó.

—No puedo decírtelo aquí, si vienes... —habló, pero yo me apresuré en responderle antes que lo dijera.

—Nicolas, aprecio todo lo que has hecho por nosotros, en verdad. Pero como lo dije, no hago favores si eso es lo que quieres.

—¿Favores? —preguntó elevando su ceja.

—Pues sí, ¿No?

—¿Por qué te pediría favores? —preguntó nuevamente, ladeó un poco la cabeza.