Capítulo I

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Mila Borisov

Me pasé una mano por la cara al sentir que no podría volver a dormir, llevaba un rato intentando cerrar los ojos con fuerza para poder descansar al menos por unas horas más. Como cada mañana -o más bien madrugada -me puse de pie de mala gana, maldiciendo a quien se me cruzara por la mente.

Salí de mi habitación luego un momento serio de reflexión sobre el porqué de mi vida, claro, sin llegar a nada. Un pequeño pero molesto sonido me saco de mi ensoñación y evito que me matara por las escaleras.

Había alguien en el salón, alguien que no paraba de botar una pequeña canica al suelo. Rodee el sofá en donde estaba y, claro, lo primero que hizo fue analizar su alrededor.

Menciono algo que no logré entender, seguí escuchando ese sonido con la canica y al mismo tiempo escuchaba una gotera ¿Qué me pasaba hoy?

-Mila -su voz me devolvió al mundo. Estaba de pie frente a mi, luciendo su traje tan elegante como de costumbre con una mirada seria sobre mi.

Samón, el hermano mayor, alias el "alfa" o "líder" de todo está mierda.

-No me mires así, escoria -dijo mientras avanzaba hacia la puerta, traté de hablar antes de que continuara -te mereces un viaje, sales hoy por la noche -salió por la pequeña puerta del apartamento sin dejarme articular una sola palabra.

¿Cómo se atreve a mandarme así? ¿Quién se cree?

-Iremos juntos -voltee para ver quien era. Jack, estaba en el marco de su habitación ajustando su reloj.

Eremos muy parecidos, menos en el estilo del vestuario, el era muy elegante, yo era más casual, no me importaba demasiado mi aspecto.

-¿A donde iremos? -pregunte viéndolo a los ojos.

-Es una sorpresa -. Apuesto a que pudo ver el disgusto en mis ojos, agrego -no será malo, te lo prometo.

Ajá

Pase por su lado para volver a mi habitación, sentí otra vez su mirada y sabia que faltaba algo en la historia.

Me volteé utilizando magia para vestirme en un movimiento rápido, ahora volvía a estar frente a él, ambos vistiendo un traje de negocios que seguro valía más que este apartamento.

-¿Cuánto tiempo? -pregunte con más seguridad que antes. Ya me sentía con más ganas de vivir pero aún me faltaba algo, sabía que él se daría cuenta y no es lo que necesitaba ahora.

-Creo que unos pocos meses

-¿Meses? -esto no puede ser cierto.

-Dijo que seria mejor que estar aquí -y otra vez, volvía a sonar un niño que se creía todo de Samón. Talvez era lo que más me molestaba de él, era el favorito por esa misma razón.

-Yo estoy perfecta acá -sabia que no era el momento pero no me importaba.

-Mila, solo prepárate para la noche -dijo en un tono más molesto.

Levante la vista dispuesta a continuar antes de darme cuenta que ya se había ido.

Volví a tumbarme en mi cama. En realidad no tenía nada más que hacer, si no iba por mi cuenta alguien vendría y me obligaría, y no era nada fácil salirse de esto.

Los treceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora