Parte I. O4

173 28 16
                                    



Tu padre omega llevaba ya un largo rato mirándote.

Te sentías nervioso. No entendías porque te miraba tanto. Ya hasta comenzabas a sentir la presión en todo tu cuerpo de lo incomodo que estabas.

- ¿Qué pasa Appa? – preguntas cuando, metafóricamente hablando, sentías que el agua se comenzaba a rebalsar por el vaso.

Tu padre entrecerró sus ojos, provocando que tragaras en seco.

- Nunca me contaste - soltó, mirándote con sospecha.

Miraste a tu alrededor, asegurándote de que te hablara a ti, y al confirmar que estaban solo ustedes dos te autoseñalaste.

- ¿Yo?

- ¿Qué ha estado pasando con Minho? - pregunto directo, haciendo que tus ojos se abrieran - ¿Te le declaraste? ¿Se besaron? No me digas que el sábado ustedes dos, mientras estuvieron solos en tu cuarto, estuvieron haciendo chanchadas...

- ¿Qué? ¡No! - chillas, el rubor yendo de tu cuello hasta la punta de tus orejas, por lo que te tapas los oídos y niegas con la cabeza - No hice nada... solo vimos unos capítulos del anime y dormimos - susurras, el recuerdo de cómo te le quedaste mirando como todo un acosador por horas en la madrugada se reprodujo en tu cabeza.

Minho era tan hermoso.

Podrías pasar toda tu vida observándolo dormir. Quizás en algún futuro podrías despertarlo con caricias y besos.

La primera vez que se había quedado a dormir, no habías podido pegar un ojo en toda la noche por quedártele mirando. Hoy, a pesar de que ya habían pasado meses desde esa primera vez, aun te costaba dormirte cuando el mayor se quedaba a pasar la noche en tu casa.

- ¿Seguro?

- Si Appa... - susurras estirando tus labios hacia delante.

- Es lindo, muy educado, entiendo porque te gusta - dijo tu padre, quien siempre que Minho aparecía se pasaba horas hablando con él.

En esos momentos sentías un poco de molestia, ya que tu padre te estaba robando tu preciado tiempo con tu Minho. Pero... también había algo más.

Se sentía como más familiar. Como si Minho ya fuera parte de su pequeña familia.

Oh... De solo imaginarte pasar los fines de semana todos juntos comiendo en familia, sentías las famosas mariposas en el estómago.

- También es divertido... Hyung es muy gracioso Appa - señalas.

- Si no te apuras, Minho podría conseguir a alguien más - sugiere tu padre con una sonrisa burlona - no te olvides: cocodrilo que se duerme, se vuelve cartera.

- ¡Appa! - chillas, y tu padre se ríe a carcajadas.

Lo miras con fastidio, y te das media vuelta para ir a encerrarte en tu habitación.


[• • •]


Estabas irritado.

El sábado Minho no había asistido a la clase de baile. Lo esperaste en cada momento, mirando siempre hacia la puerta esperando que llegara, pero el mayor nunca apareció.

Buscaste a quien preguntarle, hasta que encontraste a una de las monjas con las que Minho siempre estaba hablando.

Cuando le consultaste sobre si sabía algo del paradero de Minho, te habían dicho que no había podido asistir hoy porque el padre Cho le había pedido hacer compras para la reunión de jóvenes que se hacía siempre los domingos después de la misa.

Construyendo el amor - HyunMinSungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora