Parte I. O5

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Tal vez había sido la cercanía, pero Minho observo y le presto atención primero a Jisung, su fuerte aroma a vainilla calándole hasta los huesos, para después poder ser consciente de como el chocolate hacia lo mismo, provocando que luego sus ojos se posaran en Hyunjin.

Le costó solo dos segundos caer en cuenta de que era lo que estaba sucediendo. Pero el proceso de recolección de información y comparación con lo que sabía fue rápido. Solo debió sumar las dos variantes principales: eran un alfa y un omega que se veían por primera vez, y sus celos se habían sincronizado luego de ese hecho.

Resultado, eran destinados.

La sorpresa y emoción fue lo primero que pasó por su cabeza.

En ese momento el beta creyó estar viendo la cosa más increíble del mundo. Era de conocimiento general que muy pocas veces en la vida se veía algo así. Los destinados parecían más un mito que una certeza de tan raro que era dicho suceso.

Pero la sorpresa y emoción de estar viviendo un momento fantástico le duró cero coma dos segundos. De repente fue consciente de dos cosas más, que estaba seguro no debería estar sucediendo porque se contradecían, eran opuestas, y es que ambos –alfa y omega- al mismo tiempo que sus aromas se habían disparado por encontrarse, ese mismo aroma que buscaba ser reconocido por el otro se había agriado, haciéndole saber a quién fuera que pudiera olerlo que ambos se encontraban sufriendo.

Minho había leído varias veces historias sobre destinados –como cualquier persona normal-, y está seguro que no recuerda nunca haber oído que sus aromas estuvieran cargados de tristeza por su encuentro.

Era absurdo que algo así sucediera.

- "Quizás es porque aún son niños" - pensó, en su búsqueda por darle un sentido a lo que estaba viviendo – "solo tienen 16 años" – concluyo.

Pero había algo más. El aroma de Jisung era cada vez más fuerte, se sentía espeso, al punto que Minho creyó que podía sentirlo en su paladar.

Se relamió los labios, y a pesar de que su cuerpo temblaba, se puso de pie frente al del alfa, dejando al omega por detrás, escondiéndolo de manera torpe, sin poder evitar que sus piernas temblaran como gelatina.

- Alfa... debemos entrar – habla lo más suave que le permite su voz al darse cuenta que están en la calle.

Que Jisung es un omega que está en la calle.

Que en cualquier momento algún alfa que pasara por allí podría olfatear al omega en celo y enloquecer.

En la cabeza de Minho todas las alarmas se habían prendido al pensar todo lo que podría salir mal en cualquier momento si no se movían. Debía sacar a Jisung de ahí. Debía cuidar al pequeño omega, a su casi amigo.

El alfa presiona la mandíbula conteniendo su ira. Hyunjin a pesar de ser alfa, era un alfa de raza pura, por lo que tenía bastante control sobre su propia persona aun si su celo se presentaba –aunque su control solo duraba un par de minutos-. De todos modos, a pesar de que su parte humana  podía aun racionalizar lo que estaba tratando de hacer Minho, a su parte más animal no le gustaba nada ver como aquel beta escondía a su omega, suyo.

El alfa quería al omega, a su omega, quería arrebatarlo y reencontrarse con su otra mitad, lamer cada parte de su cuerpo, cogerlo hasta que quedara embarazado de sus cachorros y marcarlo como suyo. Pero había algo más, y el alfa no podía ignorar el fuerte rechazo por parte de su lado humano.

Su lado humano, Hwang Hyunjin, no amaba a su omega.

Lo rechazaba con cada fibra de su ser.

En esos momentos se preguntó: ¿Qué clase de castigo estaba pagando? ¿Qué había hecho tan mal para al fin reencontrar a su mitad y no poder quedarse con ella?

Construyendo el amor - HyunMinSungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora