- ¿Quieres hablar de eso? - preguntó la beta sentada frente a ti.
Estabas sentado a un costado del sillón de dos plazas, tu mano apretando el reposabrazos.
- ¿Aún vives con el omega y el alfa? - pregunta luego de que te quedaras en silencio por varios segundos.
- Si... ellos, ellos siempre están conmigo - susurras, haciendo una mueca con la boca.
- ¿Te gusta vivir con ellos? - asientes - ¿ellos te gustan?
Te relames los labios, sintiendo como tu corazón comenzaba a latir con pesadez.
- Si... me gustan - admites, mordiéndote el labio inferior - Hyunjin es un alfa, no me agradan los alfas, pero él no parece un alfa... Jisung es omega y se comporta más como alfa que él - le comentas, sintiendo como tus labios tiraban hacia arriba - ambos son lindos... no entiendo por qué están tan obsesionados conmigo... - admites, bajando la voz.
- Recién dijiste que no te agradan los alfas, ¿Por qué no te gustan los alfas?
"Se bueno... eso, abre tu boquita para mí, sin dientes"
"Deja de llorar, cállate, si te gusta, mira cómo te gusta, te encanta"
"Le pagué mucho a tu padre, así que quiero que digas 'por favor papi' y 'quiero tu lechita' como la puta que sos"
Las náuseas se presentaron tan de repente al recordar aquellas voces que sonaban distorsionadas en tu mente, que cuando menos te habías dado cuenta ya habías vomitado sobre tus zapatillas.
- Lo siento...perdón, realmente lo siento... lo siento... - súplicas al darte cuenta, tus manos temblando sobre el borde de tu remera, queriendo sacarla para poder limpiar el piso.
[• • •]
Tanto tu padre como tu madre habían sido betas.
Desde que tenías uso de razón estabas acostumbrado a vivir con menos de lo necesario. Venias de una familia que solo había conocido la pobreza. Vivian en la precariedad absoluta, en una casa con techo de chapa que habían heredado de los abuelos de tus abuelos, donde en lugar de puertas tenías sabanas viejas y destrozadas para dividir cada espacio, ya sea la cocina-comedor, o la pieza.
Tu madre, por lo que podías recordar, mientras vivió, había sido cariñosa contigo.
Tu padre, por otro lado, solo había sido un borracho, drogadicto y golpeador, la peor combinación.
Disfrutaba de golpear a tu madre. Su deporte favorito era insultarla, tratarla como si solo fuera basura, para luego golpearla hasta que perdiera la consciencia.
- Si al menos fueras omega en tus celos servirías de puta, pero como beta sos tan frígida - le decía cada vez que la golpeaba luego de haber perdido dinero en apuestas.
Un día simplemente la había golpeado tanto, que no se levantó más. Y cuando comprobó que estaba muerta, te hizo ayudarlo a envolverla en una cobija vieja, la cargo y se la llevo. Ahora supones que simplemente la había tirado en alguna parte.
A nadie le preocupaba si alguno de su clase moría. Para la sociedad siempre habían sido solo basura.
Luego de que tu madre muriera, lo normal era ver siempre a los amigos de tu padre. Pasaban largas horas de risas, burlas, incluso llegando a peleas físicas, pero siempre volvían, y siempre, en cada reunión, no podía falta nunca el vino ni las drogas.
Un día uno de ellos, un alfa, le había dicho: "tu hijo es lindo, ¿es omega?"
Tu padre solo se rio.
- Es beta, igual que la inútil de su madre - dijo, para luego aspirar por la nariz una línea blanca de un plato con un billete.
- Se ve como un omega - susurro aquel alfa, relamiéndose los labios.
Aun puedes recordar como sus ojos se oscurecían.
- ¿Cuántos años tiene?
- No sé, ocho, nueve quizás, ¿por qué?
- ¿Cuánto?
- ¿Qué?
- ¿Cuánto? - repitió.
Ese fue el inicio de todo, pero el final demoro varios años en llegar.
[• • •]
- Hyung, bienvenido - escuchas dice Hyunjin cuando entras al departamento.
- He regresado - susurras, con tus ojos puestos en las alpargatas que te había dado tu terapeuta para que no volvieras descalzo a tu hogar.
- ¿Y esa bolsa? ¿Compro algo? - preguntó el alfa, pero negaste.
- Son mis zapatillas... la-las... ensucie - dices casi sin voz, y entonces sientes los cálidos brazos de Hyunjin alrededor tuyo, mientras su suave aroma a chocolate te rodea.
- Lo extrañe Hyung - susurro, dejando pequeños besos por tu mejilla, bajando hasta tu cuello, deteniéndose donde sabias tu aroma se desprendía.
Olfateó hasta que soltó un pequeño y encantador estornudo.
Sentiste como tu pecho se calentó. Siempre te ponía suave ver la parte infantil de Hyunjin.
Soltaste la bolsa que cayó al piso y abrazaste al alfa de vuelta.
Pero aunque sabías que Hyunjin no era un mal alfa, una parte tuya, una muy pequeña parte tuya se sentía atemorizada cuando lo tenías cerca, y una voz en tu cabeza te pedía que salieras corriendo.
Que te alejaras, que lo alejaras.
Y Dios sabe que realmente odiabas que eso sucediera.
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Construyendo el amor - HyunMinSung
FanfictionCuando el alfa Hwang Hyunjin de 16 años conoció al beta Lee Minho supo en ese preciso momento que el amor a primera vista si existía... lo mismo había pasado por la cabeza del omega Han Jisung cuando vio por primera vez al mismo beta. El problema es...